El tráfico de pasajeros aéreos en Colombia se disparó en los últimos años, pasando de 12,1 millones hace una década a 28,6 millones durante 2013. Pero hay un hecho silencioso que ahora se empieza a hacer público, y es el que tiene que ver con el uso de los vuelos privados que han pasado de 193.000 a 309.544 en solo cinco años, representando el 19 por ciento del total de las operaciones aéreas, según información de la Aeronáutica Civil.
“Del 2000 para acá, las operaciones de vuelos generales han crecido exponencialmente, es decir, se ha desarrollado muchísimo la aviación privada, esto se debe a que muchas compañías han adquirido aviones privados porque el factor tiempo se volvió crucial a la hora de trasladarse. Con adquisiciones de aviones los ejecutivos se evitan la congestión aérea de los aeropuertos, las escalas en los vuelos y se pueden trasladar fácilmente de una ciudad a otra donde tienen reuniones”, dijo Gustavo Lenis, director de la entidad.
El funcionario explicó que por ejemplo, las empresas del sector petrolero tienen casi por obligación jets privados, dado que operan en zonas donde las aerolíneas comerciales muchas veces no llegan o tienen una frecuencia de un vuelo por semana.
El negocio, antes de lujo, ha registrado un crecimiento de 50 por ciento en los últimos años gracias al buen momento de la economía y ha pasado de tener entre sus clientes a las grandes empresas como Ecopetrol, Nutresa, Grupo Éxito, Carvajal y Colombina, entre otras, a sumarse los nombres de Pacific Rubiales, Hyundai y Fanalca, las cuales han optado por adquirir sus propios aviones para uso corporativo.
Es decir, tener este tipo de aeronaves ha dejado de ser un tema de exclusividad para convertirse en sinónimo de eficiencia empresarial y ahorro de tiempo. Se calcula que en el país hay alrededor de 80 aviones privados.
Carlos Arias, asesor en importación de aeronaves aseguró que para que los aviones privados entren a Colombia de una forma legal hay que cumplir una serie de requisitos para nacionalizarlos.
“Se debe tener una licencia de importación autorizada por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y los impuestos que generan las aeronaves privadas son de 16 por ciento del Iva. Después de haberse hecho la nacionalización el importador tiene la obligación de pagar otro 16 por ciento equivalente al impuesto de consumo”, explicó Arias.
Luis Guillermo Jaramillo, presidente de la Asociación Colombiana de Aviación Civil General, indicó que en el país son demasiados los trámites que se deben hacer para poner a volar un avión privado. “Uno trae un avión del exterior, y antes de 4 o 5 meses no lo puede poner a volar, por todos los permisos que hay que tramitar, por más que tenga las certificaciones de EE.UU.”, aseguró.
Entre las compañías que se han posicionado en Colombia para distribuir aviones privados se encuentran Beechcraft, Jets Bombardier, Jets Gulfstream, entre otras.
Pablo Pries, experto en lujo, aseguró que “el número de empresas de aviones privados ha aumentado en Colombia por el crecimiento económico.
Las ciudades a las que llegan los aviones de acuerdo con Velásquez, son Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena y Bucaramanga. No obstante, asegura que en muchas de estas ciudades los aeropuertos están abiertos solo hasta las 12 de la noche por limitaciones del personal y este tipo de transporte privado está restringido para las horas del día.
“Aquí es importante tener en cuenta las necesidades de los empresarios y las distancias que van a recorrer. Pues es clave analizar la autonomía y la capacidad de combustible para poder viajar de un lado a otro. Lo cierto es que este mercado cada día coge mayor fuerza”, explicó Pries.
Para Luis Guillermo Jaramillo Mejía, presidente de la Asociación Colombiana de Aviación Civil General, la difícil geografía colombiana hace del país un lugar perfecto para el desarrollo de la aviación. “Con las tres cordilleras que atraviesan a Colombia, el transporte en avión hace ahorrar muchísimo tiempo con respecto a lo que se gasta un traslado por carretera”. Sin embargo, Jaramillo lamentó la fuerte regulación y los rigurosos controles que se ejercen para la aviación privada, y señaló que Colombia necesita una legislación mucho más abierta y más parecida a la de naciones más desarrolladas, para impulsar el crecimiento del sector aeronáutico.
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