Tristemente, la continua belleza azul del cielo descubierto en los días de verano trae sequía. Los ríos se achican, las represas se desocupan, hay más arena y piedras que verdes praderas.
El mensaje vino claro desde el Gobierno Nacional: hay que racionalizar el uso del agua. Este cielo azul pleno en muchas regiones del país y un poco más moderado en Medellín, irá hasta el mes de abril y entonces, si no cuidamos el agua, vamos a empezar a sufrir los rigores de la sequía.
Lo triste es que muchos viven del agua. O sea, es su materia prima, la esencia de su trabajo. Algunos no se notan mucho, otros sí y en los años anteriores se han visto en el centro de la polémica, en especial porque se dice que son derrochadores de agua: los lavaderos de carros en la calle.
En Lovaina, al oriente de Medellín, el cielo esta azul encendido. En una esquina cerca de lo que será la vía de Metroplús, cinco carros son lavados en lo que en países donde el agua es casi tan valioso como el oro significa un derroche de riqueza: a punta de manguera.
El proceso es simple: al carro se le sacan los tapetes y se procede a lavar toda la carrocería con manguera y jabón. Ese procedimiento dura 25 minutos, en los que no siempre está abierta la manguera. Al final se lavan los tapetes. Ese proceso, cada día, es para unos 20 ó 25 carros. "Pero en invierno, el número se crece bastante", dice uno de los que están manguera en mano en esa esquina.
"Aquí en este sector somos conscientes de que no podemos derrochar el agua, pero esa es nuestra forma de ganarnos la vida. Así que estamos como en el proceso de cuidar nuestra materia prima", dijo Luis Eduardo Julio, uno de los líderes
Por cada carro ellos piden 10 mil pesos. En esta esquina de Lovaina trabajan unas 20 personas, o sea que a cada uno le toca un carro o a lo sumo, dos.
"Nosotros nos encontramos en un proceso de reubicación que viene desde el año pasado, la idea es que nos traslademos a un parqueadero", expresó.
En otros sectores, la idea es la misma: hay que trabajar.
Pero también buscan alternativas. En el barrio París, en el paradero de buses, hay un tanque enorme que sirve para reutilizar las aguas y muchos de los lavaderos utilizan mangueras de alta presión para utilizar menos líquido.
"Sabemos que tenemos que cuidar el agua, pero tenemos que seguir trabajando. Y aquí estamos pagando lo que estamos consumiendo, así que no estamos haciendo nada que esté ilegal", respondió uno de los encargados de los lavaderos.
Racionalización
Una de las directrices que las administraciones municipales recibieron del Gobierno Nacional es que la situación del verano por el fenómeno de El Niño y el cambio climático, tiene los niveles del agua en un punto crítico en todo el país.
"Eso nos llevó a pensar aún más el mensaje que les queremos dar a los habitantes de la ciudad: hay que cuidar el agua, porque si no podemos estar en las puertas de un racionamiento", dijo Lida Patricia Giraldo, secretaria del Medio Ambiente de Medellín.
Por esta razón, junto al Área Metropolitana y la Policía, están haciendo una campaña de control para evitar los malos manejos en el uso del preciado líquido.
"En el tema de los lavaderos estamos viendo dos tipos de sanciones: el mal uso del agua y los carros mal parqueados. Por eso, cuando recibimos una queja sobre lavaderos que no están permitidos por el Área Metropolitana (entidad ambiental), vamos con estas dos entidades y sancionamos", advirtió la funcionaria.
Pero lo más importante es en la ayuda de la ciudadanía en el control de los abusos del agua, no sólo en los lavaderos, enfatizó Giraldo.
"Es muy importante que los ciudadanos cuiden en estos momentos críticos el tema del agua, pero no sólo con el agua en sí, sino también con la energía, que se alimenta de las hidroeléctricas del departamento", afirmó la funcionaria.
Finalmente, llamó la atención de los habitantes de la ciudad en el tema de los lavados de carro en la casa, otro generador de derroche, pidiendo que se alarguen los plazos de lavados y se realice lo que se conoce como el lavado seco, para evitar el gasto de agua en la casa.
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