La pequeña de trenzas se enamoró del conejo. Lo persiguió, le haló las orejas y hasta lo hizo caer. Y cuando el conejo, uno parecido al de Alicia en el país de las maravillas, se sentó a leerles un cuento a los demás amiguitos, ella lo cogió de gancho, lo escuchó, miró los dibujos y le siguió molestando las orejas.
La Fiesta del Libro empezó con niños que madrugaron con sus profesoras y que no dejaron libro sin abrir.
Bien siguieron el mensaje del conejo, en el Bibliocirco: "Ahí tienen la literatura para que se acerquen a ella y luego la vuelvan a poner donde la encontraron".
Y cuando terminó de pronunciar, después de un show en el que él fue protagonista, los niños se bajaron de las gradas, corrieron y buscaron un libro para mirar. Solo para mirar, porque estos pequeños que llegaron de primeros a la carpa, eran de preescolar.
"Voy a leer este muñequito", dijo Natalia Andrea Tirado, mientras Kevin Andrés Londoño y Yujaily Andrea Martínez pasaban hojas y se mostraban dibujos: "Vinimos a ver lo que hay acá". Y siguieron con sus voces y sus risas sentados en el piso.
Sin embargo, no solo fueron los pequeños los que madrugaron para la cultura. A las 10:00 en punto que se abrieron las puertas, muchos grandes ya estaban listos para buscar un autor o un libro en las editoriales.
Algunos estaban simplemente caminando. Cómo no recorrer el sendero en el que suena la música, mientras Newton, Bill Gates y muchos otros personajes le van contando su historia.
Diversión para todos
En la Fiesta de Libro, en cualquier rincón, hay algo qué hacer. Desde el principio, en la entrada que está diagonal al metro, una exposición en la que se ve Medellín. Y eso que los primeros que saludan son dos figuras grandes de Alicia y el Sombrerero, los personajes de esta Fiesta.
Y mientras unos disfrutan de un día de libros, otros se divierten con la exposición de Alicia o los personajes que se pasean por todo el Jardín.
Unos más se toman fotos con las letras grandotas que en su conjunto son la palabra leer, mientras muchos dejan que María, la de Jorge Isaacs, les cuente que un día se casará con Efraín y luego les diga que entren a ese salón, que ahí hay una exposición muy interactiva.
"Vale la pena venir", expresa Martha Isabel Suárez, una de las profesoras que llegó de primera con sus pequeños alumnos.
Y la Fiesta tiene de todo y para todos. Hasta para los bebés que todavía balbucean o los grandes que quieren escuchar a un escritor. Hágale caso a la pequeña Andrea Yujaily, y váyase "a pasear" por la Fiesta. De seguro saldrá cargado de letras.
Pico y Placa Medellín
viernes
no
no
