Aprovechando el cumpleaños de Medellín y pensando un poco qué podría regalarle a una cumpleañera de más de tres siglos, me gustaría que nos detuviéramos un rato a reflexionar qué podemos regalarle a alguien que queremos tanto. Quién no dice con orgullo que es paisa.
Pues bien, llevo bastante rato pensando y la verdad se me han ocurrido desde autopistas interurbanas hasta una simple chocolatina. Pero siendo más objetiva me parece que ya le hemos regalado bastante y eso es precisamente lo que debemos seguir haciendo, regalarle nuestro trabajo, nuestro cariño y nuestras ganas de verla cada día mejor. Regalarle lo mejor de cada uno para el bien de todos.
Particularmente crecí en una Medellín temerosa, quieta, en pausa, siempre anduve por las mismas calles y aprendí a cuidarme más que cualquier otro habitante de este planeta, porque Medellín era peligrosa. Poco a poco y gracias al trabajo de todos fui testigo de cómo Medellín se convertía lentamente en un centro de negocios, empezó a crecer, a tener movimiento, ya lo del peligro era más estigma que realidad y empezamos a recuperar nuestro patrimonio de ciudad, haciéndolo cada vez más grande e importante.
Dejé a Medellín en obra hace tan solo tres años, grandes proyectos de infraestructura iniciaban su construcción, dando paso así a la modernidad y abriéndole las puertas al desarrollo. Hoy, cuando regreso a mi ciudad, siempre tiene sorpresas, es tan grande y hermosa, tiene tanta luz, lugares maravillosos y tanta vida que me es casi imposible asimilar tan impredecible panorama. Y no solo esto. Medellín es ahora protagonista de buenas noticias, titulares y grandes espacios de importantes diarios de negocios alrededor del mundo. Sigamos pues regalándole a Medellín nuestro trabajo, nuestro empuje, nuestras ganas de salir adelante, trabajemos juntos dondequiera que estemos por engrandecer el nombre de nuestra ciudad, nuestra casa, esa que tiene el más hermoso jardín y la que hemos estado preparando para convertirla en un hogar maravilloso.
Porque solo tú puedes lucir orgullosamente 335 años de Eterna Primavera. ¡Felicidades Medellín!
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