Gerónimo Ángel hay miles en Colombia, jóvenes con un potencial insospechado de talento. En todas las artes, desde el canto hasta la cocina. Chicos que más que una oportunidad para demostrar su condición, lo que necesitan es tener lo que Ángel tiene: amor propio y creer en sí mismos, rotundamente, con vehemencia. Al mismo tiempo existen en nuestro país grupos de personas que como células cancerígenas comen y destruyen a sus pares, no creen en nada, ni siquiera en diamantes brillando bajo el sol frente a sus ojos. Esos que hoy en día llaman trolls en redes sociales no son más que la evidencia de la falta de amor por un país que ha prometido tantas cosas y no las ha cumplido. La falta de educación de muchas personas degenera en no creer en su tierra, porque lo extranjero es más rico, ni en el compatriota, porque lo devalúa el ser colombiano y paradójicamente ni en sí mismos porque no creen en que pueden ser mejores.
El juicio psicosocial que le impusieron al chico que sin pena dijo quien era y sin titubear subió a un escenario y demostró que sí puede ser mejor, no que usted ni yo, si no que él mismo, no tiene palabras en el diccionario para categorizarlo.
A muchos estudiante de cocina les pasa igual: no creen en sí mismos, ni en su patria. No se quién los convenció de que lo lejano es mejor, a mí personalmente me desalienta ésta situación. Para ser internacional primero hay que ser local, para que tu cuento lo entiendan en Rusia, debe primero entenderlo tu vecino de enfrente. Nunca piensen que serán reconocidos como cocineros españoles o franceses porque son expertos en esas cocinas, no lo serán. Jóvenes cocineros, en vez de meter a sus padres en una millonaria deuda para que los manden a Barcelona o Buenos Aires, primero entren a las cocinas populares de Colombia y hagan una pasantía de un fin de semana con la señora que cocina desde las 4 de la mañana o con el señor que desayuna con chocolate en termo y arepa con huevo en medio del cañaduzal. Luego de que comprendan eso y dominen el tema piensen en traspasar fronteras, sobre todo aquellas de la indiferencia y la incredulidad. Gerónimos Ángel de la cocina hay muchos.
Los que participaron del señalamiento en contra del joven les digo recapaciten y a los que creen que si vale la pena subirse al escenario y sin temor demostrar sus capacidades adelante, no matoneen, dentro de ustedes mismos está su propio Ángel.
Pico y Placa Medellín
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