Mientras en oriental los seguidores verdolagas se enfrentaban, en occidental cuatro niños entre 12 y 13 años le apostaban a la amistad y al respeto, pese a poseer inclinaciones deportivas diferentes en el clásico 257.
Esteban Duque casi les "gana" a Simón Hernández, Santiago Yepes y Óscar Mesa porque era el único hincha nacionalista en el cuarteto y de manera seria les dijo: "hoy mi equipo no pierde".
Se salió con la suya gracias al arquero Eduardo Blandón, quien en el primer tiempo fue la figura al contener los remates con peligro de Iván Corredor, Diego Cabrera y Rafael Castillo.
Simón, feliz con su bandera roja y azul del DIM, le prometió a Esteban "dos goles del boliviano Cabrera" en medio de la explicación de Santiago y Óscar, quienes como "grandes" y expertos le recalcaban que "Medallo anda mejor que tu verde".
Empezó el compromiso y la reunión de estos estudiantes en preferencia se disolvió ya que cada uno acudió al lado de sus padres, con la esperanza de abandonar el Atanasio Girardot con los tres puntos. Pero no fue así porque el juego fue pobre en emociones y en fútbol.
Sin embargo, los cuatro jovencitos regresaron a sus casas de la misma forma en que llegaron al estadio: felices y dispuestos a volver a fútbol, pues, según ellos, "así el partido haya quedado 0-0, lo fundamental es que les dimos ejemplo a los grandes de que lo más importante es vivir los clásicos en paz y demostrarnos amistad entre los hinchas de Nacional e Independiente Medellín".
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