"En las actuales condiciones de mercado, ni bajo el amparo de los tratados comerciales que hoy Colombia tiene vigentes con otros países, se autoriza la importación de vehículos usados".
Así de enfático fue en mayo pasado, antes de entrar en vigor el TLC con Estados Unidos, el ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados, quien recordó además que el Convenio Automotor Andino, suscrito por Colombia, Ecuador y Venezuela, también prohibe la importación de vehículos usados.
Pero aún con la puerta cerrada en los acuerdos con otros países, los 160 recolectores importados por Bogotá encontraron la escotilla de ingreso en el estatuto aduanero de 1999 (Decreto 2.685), que contempla la importación temporal para entidades públicas.
Juan Ricardo Ortega, director de la Dian, explicó que la norma permite ese tipo de importaciones, sin garantía para cierto tipo de equipos. "El TLC no permite la importación de vehículos usados, pero esta es una normativa excepcional para entidades públicas".
Para Tulio Zuloaga Revollo, presidente de Asopartes, la operación adelantada por la Alcaldía de Bogotá y cuyo costo supera los 25.000 millones de pesos por mes, debe ser investigada, porque se estaría incumpliendo tanto lo pactado en el TLC como en el Convenio Andino.
"Nos preocupa mucho la figura, porque es ilegal, ya se lo dijimos a la Dian y al ministerio de Comercio. Esos son vehículos usados y no maquinaria y, adicionalmente, en el país hay suficientes compactadores y recolectores. Nos preocupa que se le esté haciendo un esguince a la Ley para permitir la entrada de esos camiones. Es una magnífica señal para los contrabandistas y una pésima señal para los importadores legales", manifestó el dirigente.
Zuloaga reconoce que en el TLC con Estados Unidos es clara la prohibición y que no quedaron boquetes. "Lo preocupante es que mañana cualquier persona pueda echar mano de esas facilidades para traer carros viejos".
Por su parte Luis Orlando Ramírez, director Ejecutivo de la Asociación d e Transportadores de Carga (ATC), se declaró en contra de esa importación, pues a los operadores tradicionales de equipos para el transporte de carga nunca se les ha permitido la importación de vehículos de segunda y por considerar que la condición de los camiones importados no están en las condiciones para atender las necesidades de una ciudad como Bogotá.
Tras la activación del TLC, en mayo, la importadora Navitrans anunció la llegada de las primeras tractomulas nuevas sin arancel, que se destinaron a la movilización de caña en el Valle. Praco Didacol, importador de Mack, calculó que según los procesos de desgravación el valor de las tractomulas bajaría.
Lo que dicen las normas
El Decreto 2.685 del 28 de diciembre de 1999 regula lo concerniente a la exportaciones temporales y la Resolución 178 de junio de 2012, expedida por la Dian, específica los requerimientos para una importación como la ejecutada por la alcaldía de Bogotá.
"Allí se incluye la homologación que debe efectuar el ministerio de Transporte, con la especificación clara del vehículo, cosa que no ha cumplido ni demostrado el importador. Sabemos que son unos vehículos Mack, modelo 2001 a 2003, y ellos presentaron unos documentos que no corresponden a esos vehículos", agregó Ortega.
En declaraciones a medios bogotanos, César Augusto Alvarado, representante de la Unión Temporal Aseo Districapital, que contrató Aguas de Bogotá para el alquiler de 160 los vehículos usados, sostuvo que la ley aduanera no es clara. "Dice que se requiere homologación cuando hay importación permanente y esta es una importación temporal" n
"Nos preocupa que se le esté haciendo un esguince a la Ley para permitir la entrada de vehículos usados. Es una buena señal para los contrabandistas".
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