Una de esas macondianas situaciones de indefinición jurídica tiene al Magdalena con dos gobernadores: el elegido popularmente, Ómar Díazgranados, y el General(r) Manuel José Bonett, nombrado provisionalmente por el Presidente, ante la suspensión del primero, cuyo retiro del cargo fue solicitado por la Contralora General. Por una de esas extravagancias de nuestro sistema judicial, un juez de Santa Marta, en fallo de tutela, ordena reintegrar al gobernador suspendido. El Magdalena es un departamento que ha sufrido como pocos, corrupción política, saqueo de recursos, violencia, y ahora se une a sus males la inestabilidad del mando. El General Bonett no es la solución definitiva a tanta calamidad, pero por lo menos genera confianza, en un año en el que ella se necesita.
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