Marcela Vélez Hernández no sabía si participar en la categoría de Artes Escénicas o en emprendimiento, cuando estaba llenando el formulario de inscripción al Premio Talento de la Secretaría de la Mujer.
Había visto una valla grande en la entrada de Santa Elena, donde vive, y pensó que ella podía participar.
Marta Cecilia, su madre, quizás la persona que más ha influido en la formación de su talento creativo, no dudó un momento en que ella ganaría el concurso, fuera en una cosa o en otra. "Querida, no te ilusionés mucho para que no te defraudés al final", le decía Marcela.
El dilema era porque ella había sido actriz de Barrio Comparsa, lo mismo que su compañero, Juan Pablo Vásquez, y tenía absolutamente frescas la actuación y las metodologías educativas para enseñarla.
Por otro lado, desde hace tres años salieron de la compañía escénica por la necesidad de atender a Luna del Mar, la hija que recién había nacido, decidieron dedicarse de lleno a las artesanías. Juan Pablo es experto fabricante de sandalias, aretes y pulseras. También trabaja joyería. Ella, en la elaboración de ropa. Su madre pinta la tela. Y las dos tejen croché y malla.
"Mona, pa las que sean", la alentó él.
Ella se decidió por las artesanías, es decir, por la empresa que hacían funcionar con las uñas: Manos que Crean. Y decidió participar en Emprendimiento.
Todavía el día de cumpleaños de Marcela, el 11 de junio, su mamá seguía diciéndole: "y el regalo es que te vas a ganar el concurso".
Como viven pensando en aprender la elaboración de manualidades, hace unos días, mientras esperaban el resultado, conocieron a una pareja de brasileños trashumantes. Les dieron hospedaje y alimentación en su casa, a cambio de que los extranjeros les enseñaran macramé.
Una tienda
El premio de Marcela, como el de las demás chicas, es de 50 millones de pesos. Cinco millones son para ella. Marcela comprará una moto en la cual pueda sacar la mercancía desde la vereda El Cerro hasta Medellín.
Porque la maleta en la que la carga, montada en buses, es casi tan grande como ella. Al punto que algunos pasajeros se ofrecen a cargarle ese bulto: "¡vos tan flaca y con ese morral!" Exclaman.
El resto del dinero no es sólo para ella, ni tiene libre disposición. De acuerdo con la propuesta que envió en el formulario y el proyecto que afina con funcionarios de la Secretaría de la Mujer, debe invertirlo en la corporación, Manos que Crean, y en el beneficio del sector.
Por eso ella y Juan Pablo van a fundar una tienda en Santa Elena, en la que distribuyan sus mercancías y las de los demás artesanos del corregimiento, agrupados en la Corporación de Artesanos de Santa Elena, Corasante. Así como en la capacitación de jóvenes del sector, para que encuentren en las artesanías una alternativa económica.
"En Santa Elena, que tiene un gran atractivo turístico por las flores, no existe un almacén en el que los visitantes puedan adquirir las artesanías. Eso es lo que deseamos solucionar, al tiempo que capacitemos y generemos empleo para los habitantes del corregimiento".
Marcela, nacida al pie del mar de Necoclí, enhebra su vida y teje su tiempo en El Cerro. Sus manos no extrañan el calor de la costa mientras las tenga trabajando.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6