Fue más que un lavado de cara. Es un cambio extremo. Así se podría resumir lo que el constructor japonés Mazda quiso hacer con uno de sus vehículos estrella, el Mazda 3.
Ahora en las vitrinas de la red de la marca en el país desde esta semana los usuarios se encuentran con un nuevo invitado. Se trata del Mazda 3 All New, la potencialización de este vehículo y que, con su nueva forma entrará a competir de manera fuerte en el segmento Lower Medium, para plantarle cara a contricantes como el Cerato Forte, el Volkswagen Jetta o el Mégane II, por mencionar algunos.
Esta segunda generación del Mazda 3 ofrece un diseño mucho más musculoso, con un nueva parrilla de cinco puntos mucho más expresiva y líneas de realce en el capó y guardabarros que dan una sensación de fuerte dinamismo en el vehículo.
Pero la parrilla no solo se rediseñó desde lo estético. También cumple una función vital para la refrigeración del motor y el desempeño aerodinámico que influye en un consumo más eficiente.
Visto desde la parte lateral el Mazda 3 All New hereda la apariencia corta y la sección trasera alta del modelo anterior, otorgando a la cabina un aspecto tonificado y atlético.
Adentro, el tablero de instrumentos se extiende desde el centro hacia los lados, con un estilo dinámico y fluido que da la sensación de un mayor espacio. La pantalla central grande y los controles de sonido rodean al conductor. La parte superior del tablero se observa inclinada y crea una sensación de continuidad entre el mismo y la consola central. Son pocas las líneas de separación en la construcción del mismo para mayor estética y también menos desajustes en el tiempo. Aquí el acceso a la palanca de cambios y del freno de mano son más rápidas porque se ubicaron más altas para que su accionamiento por parte del conductor sea más rápido.
Se optimizó la ubicación de los instrumentos y pantallas de información para que el conductor no se distraiga
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