A las 7:47 de la noche, Medellín recobró 20 años perdidos. Dos décadas sin el golpeteo sobre el cobre de la campana, sin el olor de la vaselina sobre las cortadas, sin el sonido de la victoria del retador ganador. Ayer, Medellín volvió a sentir el boxeo. Y Líkar Ramos y Darley Pérez supieron celebrarlos.
Anoche, la ciudad volvió a ver a dos gladiadores en un cuadrilátero con el ánimo de golpear tan fuerte al rival para que la lona fuera cómplice de una victoria, y que los puños llevaran a la cadera el cinturón de campeón mundial. Y esta vez fue un colombiano el que se lo fajó.
El barranquillero Líkar Ramos venció al venezolano Ángel Granados, y se quedó con el título mundial interino de los ligero júnior de la Asociación Mundial de Boxeo, tras decisión unánime (115-111, 115-111 y 116-110).
"Esto es lo más lindo, ser campeón mundial es lo mejor que me puede pasar", dijo entre lágrimas Líkar, quien en el pasado se había quedado cerca de una medalla olímpica, pero que ayer en Medellín tuvo su revancha.
La pelea fue cerrada. En las primeras, Líkar (21-2-0, 15 KO) dominó las acciones con envío a la lona al venezolano. Pero con el pasar de los asaltos, el tanque reducido del colombiano fue dándole aire a Granados (18-8-0, 8 KO), que se tomó confianza.
Al final, el barranquillero se dedicó a sacar a relucir su época de aficionado, guardó los puños y sacó la cintura para esperar que el combate terminara y el título llegara.
Antes, la emoción había llegado por cuenta del hijo de San Pedro de Urabá, Darley Pérez, quien hizo vibrar a las mil personas que llegaron al pabellón de Plaza Mayor.
El paisa (11-0-0, 10 KO) subió al ring y con el primer derechazo mostró sus credenciales. Su rival, el argentino Patricio Pedrero (20-2-1, 9 KO), no tuvo otro lugar que el suelo para acabar su velada, con solo 1.55 minutos pasados en el primer asalto.
"Yo salí a pegar a sorprenderlo, lo vi que no se podía recuperar y lo ataqué. Por suerte lo pude liquidar rápido. Sabía que no iba a seguir", dijo Darley, quien le mandó saludos a esa gente de San Pedro, ya con el cinturón latino ligero AMB.
La velada
Las damas fueron las primeras en saltar. Desde Venezuela, Ogleidis Suárez (7-0-0, 5 KO) derrotó la bogotana Angela Marciales (2-3-2), por decisión unánime.
Luego, el venezolano Charlie Navarro (18-3-0, 13 KO) venció al barranquillero Emilio Julio (17-5-3), tras nocaut técnico en el segundo asalto; y Jonathan Romero (7-0-0, 5 KO), de Colombia, dio cuenta del venezolano Hermin Isava (9-5-0, 5 KO), por decisión unánime.
Así, entre brazos levantados y emociones encontradas, Medellín recobró su amor por el boxeo. Y ya tiene a un gran campeón.