La mayoría de hinchas considera a Jairo Patiño como el mejor refuerzo de Nacional para la Liga Postobón. Y es que después de recuperarse de la lesión que lo marginó de la competencia el año pasado, este mediocampista llega con las baterías cargadas y, como dijo, "dispuesto a retribuirles a los hinchas y a toda la familia verdolaga el cariño que me han brindado".
Hoy (8:00 p.m.), cuando Atlético Nacional salga a la cancha del Atanasio a cumplir su presentación oficial frente a Universitario, ahí estará el popular Viejo Patiño, un hombre íntegro, un profesional a carta cabal que es referente para los jóvenes.
Cuando se le recuerda que todas las miradas están puestas en él, con la serenidad y claridad que le caracterizan anota que eso le despierta orgullo y satisfacción y le da a entender que su aporte en el pasado fue positivo. "Solo espero transmitir todo ese liderazgo y energía, ofreciendo lo mejor fuera y dentro de la cancha para que los jóvenes sigan creciendo y madurando deportivamente y entre todos brindemos un buen espectáculo".
Junto a Marcos Mondaini, Stalin Motta, Andrés Mosquera, Víctor Giraldo y Camilo Pérez, las caras nuevas que se sumaron a la base comandada por Gastón Pezzuti, Ezequiel Maggiolo, Andrés Orozco, Jairo Palomino, Giovanni Moreno y demás compañeros, Jairo Patiño tiene una fe ciega en cumplir buena temporada.
Consciente de que la economía mundial, de la que el fútbol no pueda abstraerse, impide la contratación de figuras rutilantes, Patiño considera que el grupo actual es competente: "hay que tratar de disfrutar a los jugadores virtuosos que tenemos". Dice que los recién llegados, de los que destaca su técnica y experiencia, fueron recibidos de la mejor manera para que se adapten lo antes posible y saquen el mayor provecho de sus capacidades.
La cita en el Atanasio servirá para empezar a hacerse una idea del potencial futbolístico del equipo que viene de hacer su pretemporada en Argentina y que cerró con un juego amistoso en Perú -el domingo pasado- frente al mismo rival de hoy, liquidado 2-2. Un encuentro para empezar a ilusionarse con el grupo de Ramón Cabrero, que busca un mejor año.
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