Lo más duro para Alexánder Obando no es levantarse temprano, hacer siete horas de práctica y luego seguir su vida como entrenador personal. "Es complicado cumplir tus sueños, porque son costosos y se necesita patrocinio", dice Obando, campeón nacional de su categoría en triatlón, y quien busca un apoyo para viajar al fuerte IronMan.
Obando es bogotano, lleva 12 años en el triatlón después de ver una competencia cuando estaba en la universidad. Se inscribió y aunque no tenía el entrenamiento necesario, quedó engomado para toda la vida.
Hoy tiene 34 años y sellos en su pasaporte de países como Suiza, Guatemala, Puerto Rico, Argentina, Islas Vírgenes, Estados Unidos, Francia y Venezuela, entre muchos otros, gracias a sus brazadas, zancadas y pedalazos en el triatlón.
"El entrenamiento es muy fuerte, entre cinco y siete horas diarias en dos sesiones, según la competencia que se esté preparando", explica Alexánder, quien sabe que para el triatlón olímpico debe entrenar menos tiempo pero con más intensidad, mientras que para el Ironman es al contrario, con largas jornadas más relajadas.
Ha sido el mejor en su categoría por varios años consecutivos. El año pasado logró el primer lugar en Isla Margarita, otro en Panamá, y en esta temporada estuvo en la Media Maratón de Miami, con casi 7.000 personas, y sin ser atleta ocupó el puesto 17 en la clasificación general.
El respeto por Ricardo Cardeño y Carmenza Morales es inmenso, a tal punto de recalcarlos a cada momento. "Ellos son los grandes campeones y un ejemplo para todos los deportistas. Siempre se deben tener en cuenta", explica este atleta de sus dos rivales, quienes pretenden viajar con él a Venezuela, al lado del capitalino Alejandro Prieto.
"Mi próximo objetivo será el medio Ironman en Isla Margarita, Venezuela, que tendrá 1.900 metros de natación a mar abierto, 90 kilómetros de ciclismo en una contrarreloj individual y termina con 21 kilómetros de atletismo, media maratón. Quiero ser el mejor en mi categoría y estar en los ocho mejores de la general", admite Obando, quien sabe que su objetivo será imposible sin el dinero de algunos patrocinadores.
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