Los partos en Medellín y el Valle de Aburrá, que deberían ser atendidos en hospitales de nivel I, se están dando en su mayoría sin necesidad en instituciones de alta complejidad, del nivel III, reveló un estudio de la Secretaría de Salud y el Grupo Nacer de la Universidad de Antioquia.
De 38.336 nacimientos que hubo en 2012, el 84,6 por ciento se dio en hospitales de alta complejidad, y el 15,4 (5.906) ocurrió en el nivel II. No hubo un solo caso en el nivel I, lo que indica una descoordinación en el uso de los recursos. El efecto es el encarecimiento de los servicios y la congestión de la red.
Gran responsabilidad recae, según el estudio, en los médicos generales, que optaron por no atender partos.
El subsecretario de Gestión de Servicios de Salud de Medellín, Alberto Aristizábal Ocampo, advierte que los hospitales o clínicas del nivel I tienen la logística y el personal suficientes para atender los partos, pues para estos, a excepción de que haya complicaciones, son suficientes un médico general o una enfermera profesional bien preparada.
"Un parto no es una enfermedad, no requiere de especialistas", aclara y explica las causas del problema: una es que los médicos generales han dejado de atender nacimientos y optan por remitir las maternas. Hay tendencia a la especialización para todos los problemas de salud y con estos la atención es siempre más costosa. "La atención de partos en hospitales de niveles de alta complejidad encarece los servicios un 40%", concluye.
Eluden la responsabilidad
El estudio de la funcionalidad de la red de atención de partos surgió en mayo del año pasado, cuando la Clínica del Sagrado Corazón y el hospital Manuel Uribe Ángel anunciaron cierres de sus unidades de Cuidados Intensivos y de Cuidados Especiales neonatales.
En su momento la Secretaría de Salud convocó a una reunión de urgencia a las gerencias de los hospitales, las EPS y a la Dirección Seccional de Salud, para analizar la situación y tomar correctivos para que no se fuera a afectar la atención de las maternas.
El estudio arrojó conclusiones muy similares a las detectadas en esa reunión: hay problemas de coordinación entre actores de la salud, afectaciones en la calidad, dificultades en el uso racional de recursos y camas y desarticulación de los sistemas de información de las maternas. "Hay recursos suficientes, pero descoordinados".
A Medellín, por ejemplo, la impactan partos que llegan de otros municipios. De los 38.336 nacimientos de 2012, unos 28.000 corresponden a la ciudad, el resto viene de otras regiones.
En general la atención es buena. Hilda Rodas, que tiene un bebé de seis meses, dice que le nació en el Hospital General en condiciones excelentes.
"Tuve un parto sencillo, como de dos horas, y muy buena atención, llevé todos los controles", afirmó.
El último informe de Medellín Cómo Vamos, pese a que destaca que la tasa de mortalidad se ajusta a las metas del milenio, de mantenerse por debajo de las 45 muertes por 100.000 habitantes (en Medellín está en 36.1), pide mayor acceso a los controles prenatales y destaca que "aún hay un número importante de casos de mortalidad evitables".
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