La capital de la República ha tenido tan mala suerte con la administración elegida hace cuatro años, que cualquier asomo de cumplimiento del deber por parte de un funcionario es recibido con una salva de aplausos y rendida gratitud. Resulta que como la alcaldesa encargada de Bogotá, Clara López, no ha montado ningún carrusel de la contratación, ya la irreparable frivolidad de ciertos comentaristas hace que la estén postulando, ni más ni menos, que para la Presidencia de la República. Pero veleidades aparte, lo que no se puede aceptar es el afán de la alcaldesa de "pasar página" a los escándalos y corruptelas de su exjefe y copartidario Samuel Moreno. Lo que pasó allá no es un chiste, ni un incidente menor. Hay que tomar las lecciones, como ella misma lo reconoce, pero demandar también justicia. Los sufridos -y resignados- habitantes de Bogotá lo hacen a diario.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6