Con una inclinación de esas japonesas que llegan casi hasta el piso, presento disculpas anticipadas a las damas que puedan estar contempladas en esta nota.
Y es que una pregunta flota bajo mi calva desde hace varios años y no alcanzo a responderla como debe ser, porque yo sé que sobre gustos no hay nada escrito. Casi digo que sobre BUSTOS no hay nada escrito. Y es precisamente el tema, el pecho de las damas, esas fuentes de vida para la niñez y de pecado, dicen algunos, para la madurez.
Ir al grano es importante en estos espacios cortos. Mi pregunta es: ¿esas generosas y a veces brillantes protuberancias gustan a los hombres, o es que ellas se sienten bien cargando ese par de pecados que deben pesar una barbaridad?
Si se sienten bien, pues no hay que hacerle, si es para dar gusto a ciertos "bacanes" que quieren bueno y bastante, me parece un sacrificio grande y a veces peligroso porque se sabe de más de una que ha "perecido" en el intento.
Y encima de las dos situaciones anteriores, aparece una tercera que es la del dinero. No sé a ciencia cierta cuánto puede costar pasar de una talla común y corriente a una de rin 16... Pero lo que sí sé es que la cifra está por el lado de los tres ceros. Tres ceros para los apetitosos redondeles que, de cierto modo, han cambiado el mundo o por lo menos la literatura, porque antes se decía las palomas de tu pecho y ahora se deberá decir los pavos reales de tu pecho...
PAUSA . Desengaño amoroso: dolor de muela en el corazón.
POETA . Por una publicación reciente me enteré del premio otorgado a Lucía Estrada por su último libro de poemas La noche en el espejo, obra galardonada en la capital del país en el concurso nacional Alcaldía de Bogotá. No me sorprendió que Lucía estuviera en el podio de la poesía porque ya estamos acostumbrados a verla en la cima de nuestra poesía joven.
En fin, Lucía ganó y recuerdo lo que dijo nuestro bien querido Juan Manuel Roca sobre Las hijas del Espino, de Lucía: " es uno de los más bellos libros que se hayan escrito en Colombia, de la madre Josefa a nuestros días, sutil, dulceamargo, reposado, evocador e inquietante. Lucía sabe, como lo sabía Alma Malher, que es más bella la mano / al pulsar una cuerda invisible/" . ¿Qué más se puede decir sobre esta joven no promesa sino realidad de la poesía colombiana?
Lo más que puede decirse nos lo dice ella misma en aquel poema que tiene el título de Circe: "Es la sombra lo que retengo/ la belleza de alejarse cada vez más/ el infortunio de haber visto muchas islas/ muchos mares/ como a través de un espejo roto/ la muerte que representas/ el número de animales muertos que representas/ negro polvo que tus pies/ han traído hasta mi casa".
Esperemos lo que nos traiga La noche en el espejo.
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