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HISTÓRICO
"Popeye" salió de la cárcel de Cómbita
Redacción El Colombiano | Publicado

Vestido con una camisa blanca y un jean John Jairo Velásquez Vásquez, alias "Popeye", quedó en libertad condicional en la noche de este martes, tras haber pasado 22 años en prisión, de los cuales llevaba 12 en la cárcel de Cómbita en Boyacá.

Las autoridades extremaron las medidas de seguridad y prepararon el dispositivo para su liberación, luego de que se hiciera efectiva su boleta de libertad. "Popeye" pagó una fianza de 9 millones de pesos y fue sometido a exámenes médicos antes de su salida. 6 vehículos lo escoltaban, uno de ellos de la Defensoría del Pueblo.
 
"Popeye" deberá presentarse a las autoridades cada vez que sea requerido, informar de cambio de dirección y no salir del país sin autorización, y estará sometido a un periodo de prueba de buen comportamiento de 52 meses.

"Popeye" desde marzo pasado cumplió las tres quintas partes de su condena gracias a las rebajas por estudio (dos meses) y trabajo en prisión (dos años), razón por la que el juez Primero de Ejecución de Penas y Medidas de Tunja, Yesid Rodríguez, le concendió la libertad provisional.
 
Cabe recordar que hace pocos meses "Popeye" dijo en una entrevista: "Estoy preparado para pasar 30 años más aquí (en Cómbita), porque la libertad me asusta, pero voy a luchar por ella", indicó el exjefe de sicarios del Cartel de Medellín.
 
La historia del exjefe de sicarios del Cartel de Medellín
Alias "Popeye" fue el más famoso, frío y enigmático de los sicarios del desarticulado Cartel de Medellín que dirigió el temido narcotraficante colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria. 
 
"Popeye", quien se ganó este alias desde cuando ingresó a la Armada Nacional para hacer curso de suboficial, es el mismo que sin el más mínimo remordimiento ha dicho varias veces a los medios de comunicación que asesinó de mano propia a más de 300 personas, incluida su propia esposa, pero que ordenó la muerte de otras 3.000.
 
Siendo muy joven, Velásquez Vásquez ingresó al ejército de ladrones y sicarios del cartel de Medellín. Su sangre fría y la lealtad a su jefe le valieron ser considerado por Escobar Gaviria como su jefe de sicarios, al punto de que tuvo bajo su mando alrededor de mil jóvenes de las comunas de Medellín. Muchos de ellos murieron en la acción de las autoridades.
 
En 1991, "Popeye", Escobar y otros 20 de sus lugartenientes se sometieron a la justicia colombiana después de haber asesinado a decenas de policías, periodistas, jueces y magistrados, y tras el pago de millonarios sobornos hasta conseguir que la Asamblea Nacional Constituyente eliminara de nuestro ordenamiento jurídico la extradición a Estados Unidos.
 
Escobar y sus hombres se fugaron en junio del año siguiente de la cárcel La Catedral, que él mismo mandó construir a su antojo.
 
Y aunque Ejército y Policía crearon Bloques de Búsqueda para encontrar al capo y sus secuaces, alias "Popeye" decidió someterse de nuevo a la justicia el 9 de octubre de 1992 en el municipio de Envigado.
 
Fue acusado entonces de más de diez procesos por terrorismo, narcotráfico, concierto para delinquir y homicidio agravado, hechos por los que fue condenado a 50 años de prisión.
 
Natural de Yarumal (Antioquia) y hoy con 52 años de edad, el exjefe de sicarios de Pablo Escobar ha declarado en varios casos, como en el esclarecimiento de muchos casos, como por ejemplo la condena a 60 años contra el exministro Alberto Santofimio Botero, señalado de determinador en el magnicidio del líder liberal Luis Carlos Galán Sarmiento.
 
Sin embargo, "Popeye" ha confesado su participación en otros hechos -además del crimen de Galán-, por ejemplo en el secuestro del exprocurador General Carlos Mauro Hoyos; en los crímenes del coronel de la Policía Valdemar Franklin Quintero y el exgobernador de Antioquia Antonio Roldán Betancourt, y los secuestros de Maruja Pachón, Diana Turbay, Francisco Santos y Andrés Pastrana Arango, entre muchos otros.
 
También ha reconocido que ordenó poner más de 150 carros-bomba que causaron la muerte de cientos de personas en ciudades como Bogotá, Cali y Medellín, especialmente, así como la bomba en el Boeing 727 de Avianca que explotó en el aire en 1989, causando la muerte de 109 personas.

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