Con la intención de lograr un acuerdo que le sirva para rebajar una eventual condena, un presunto jefe de sicarios de la organización criminal “los Chivos” entregó tres armas que tenía escondidas a la Fiscalía.
Según fuentes judiciales, se trata de Sebastián Pérez Bran, alias “Monín”, quien fue capturado el pasado 26 de septiembre en el corregimiento Altavista de Medellín.
La Fiscalía 37 Especializada, adscrita a la Unidad Nacional contra las Bandas Emergentes, le imputó en la audiencia de control de garantías los cargos de tentativa de homicidio agravado, concierto para delinquir y porte ilegal de armas. El procesado rechazó las imputaciones y el juzgado le dictó medida de aseguramiento en la cárcel, mientras avanzan las diligencias.
A través de su abogado, “Monín” expresó la voluntad de cooperar con la justicia, a fin de obtener una posible rebaja de la pena y hacer un preacuerdo con la Fiscalía en el futuro cercano. Por esta razón coordinó la entrega de una escopeta, una pistola y una granada que tenía encaletadas en el sector La Esperanza, de Altavista.
Miembros de la Fuerza Pública acudieron a una cita este lunes y recibieron las armas de manos de familiares del ciudadano.
Después de la Operación Perseo (03/7/13), que terminó con la detención y condena de 13 miembros de “los Chivos”, una estructura que delinque en Belén y el corregimiento Altavista, “Monín” adquirió notoriedad en el reducto que quedó.
Su detención se convirtió en una prioridad cuando, presuntamente, les disparó a dos patrulleros de la estación Belén el pasado 14 de julio. Ocurrió a eso de las 11:00 p.m., cuando los uniformados enfrentaban una balacera entre combos que se presentaba en el sector Rancho e' Lata de Manzanares, y fueron emboscados y tiroteados, sobreviviendo de milagro.
Uno de los policías aún sigue incapacitado, pues un proyectil le perforó la arteria femoral y por poco se desangra.
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