Rafael Nadal mató dos pájaros de un tiro: cumplió un sueño personal en el All England Club y escribió su nombre al destronar a Roger Federer tras dos finales seguidas perdidas y cinco títulos en línea del suizo.
El tetracampeón de los "músculos de acero", como le llaman algunos rotativos británicos, y número 2 del mundo, irrumpió sin clemencia en el terreno, hasta ahora exclusivo del suizo Roger Federer, al que privó del placer de encadenar un sexto título consecutivo.
Tardó cuatro horas y 48 minutos y soportó dos parones por la lluvia, pero salió triunfal con un 6-4, 6-4, 6-7 (5), 6-7 (8) y 9-7 que mantuvo en tensión a un auditorio entregado.
Los aciertos del español son, en gran parte, producto del tesón y el trabajo de su tío Toni, su entrenador y la persona que ha inculcado al mallorquín los valores a los que hoy se aferra Nadal para ser el actual campeón que es.
Si en París Rafael fue capaz de igualar el cuarteto mágico que el sueco Bjorn Borg había conseguido de 1978 a 1981, con Wimbledon se convirtió en el tercer jugador de la Era Open que triunfa en este torneo y en Roland Garros en una misma temporada después de Rod Laver (1962) y Bjorn Borg (1978, 1979 y 1980).
Su evolución, no sólo en hierba, ha sido incuestionable. Ha mejorado su juego en todos los aspectos y no sólo en esta superficie. "Ahora soy un jugador más completo en general", ha insistido el segundo favorito en numerosas ocasiones a lo largo de esta edición.
Este Wimbledon ha sido testigo de la progresión prodigiosa del máximo rival de Federer. Aquí ha logrado lo que no consiguió en el 2006, cuando forzó el cuarto set ante el helvético y lo que no pudo alcanzar en el 2007, cuando se fueron a un quinto, donde dispuso de cuatro puntos de ruptura para colapsar al suizo.
Castigado por el viento y con la lluvia como actor secundario, Nadal encadenó en la Catedral su vigésimo segunda victoria de 25 encuentros disputados en el All England Club, y la 75 en un "grande", donde fue finalista de las dos últimas ediciones.
Nadie duda de que Nadal es, hoy por hoy, el tenista del momento. Un jugador en racha que suma 24 victorias consecutivas sumadas con sus triunfos en Hamburgo, Roland Garros, Queen's y Wimbledon.
Para Federer, que buscaba su sexta corona en la hierba londinense, este 2008 ha sido una etapa diferente: Djokovic se llevó el Open de Australia y Rafa Nadal el Roland Garros y Wimbledon. El suizo cuenta con el favor de las graderías que lo adoran y con la absoluta certeza de que volverá el año que viene para sumar el sexto. Entonces podrá recuperar su corona que ahora perece perdida.
Pero el más feliz de los deportistas hoy es Rafa. Con 28 títulos en su palmarés, Nadal, quien continuará en segunda posición del ranquin mundial, es ahora, ya sin dudas, el mejor tenista del momento, juegue donde juegue.
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