Rusia acusó a Francia ayer de cometer una "cruda violación" de un embargo de la ONU al armar a los rebeldes libios, postura que profundiza las diferencias en la misión de la Otán que busca derrocar al líder Muamar el Gadafi.
Francia confirmó el miércoles que envió por aire armas a los rebeldes en las montañas del oeste, con lo que se convirtió en el primer país de la Otán en reconocer abiertamente haber armado a los insurgentes que pretenden derrocar al dictador.
Los avances rebeldes han sido lentos, aunque los insurgentes han reportado progresos esta semana en la región de las montañas del oeste donde recibieron las armas francesas, quedando el domingo a 80 kilómetros de Trípoli, el principal bastión de Gadafi.
"Preguntamos a nuestros colegas franceses si los reportes de que se entregaron armas a los rebeldes libios corresponden con la realidad. Si esto se confirma, es una violación muy cruda de la Resolución 1970 del Consejo de Seguridad de la ONU", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov.
Francia dijo el miércoles a los medios de comunicación que no violó el embargo de la ONU ya que "las armas son necesarias para defender a los civiles que están en un peligro inminente frente a las fuerzas de Gadafi".
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