A los constructores colombianos les sobra fe. A pesar de sufrir en los meses recientes una gran contracción en renglones como la vivienda, confían en que el 2008, y aún el 2009, arrojarán muy buenos balances.
Beatriz Uribe Botero, presidenta de Camacol, dice que las evidencias de la desaceleración son inocultables.
En el período abril 2007-abril 2008, se dio vía libre en el país a la construcción de 19 millones de metros cuadrados. Esto significa un crecimiento del 10,1 por ciento en la construcción, muy por debajo del 30 por ciento que reportaba en abril del año anterior. Vale recordar que este es un indicador líder, que anticipa el futuro de la actividad, considerando que entre la licencia y el inicio de la obra hay de 3 a 6 meses.
En un horizonte más corto, enero-abril de 2008, los metros licenciados para edificar cayeron un 2,4 por ciento, frente a igual período de 2007.
En el caso particular de la vivienda el apretón ha sido más fuerte. En los últimos doce meses, terminados en abril, el crecimiento en área licenciada sólo fue del 1,2 por ciento, mientras que en unidades habitacionales hubo un estancamiento, dado el incremento de 0,2 por ciento.
La baja se siente más en los cuatro meses que van de enero a abril de 2008. En este período el área licenciada disminuyó 15,6 por ciento, cifra que prácticamente se repite al considerar el número de casas o apartamentos que los constructores pretenden levantar.
El despegue de la vivienda fue tan duro, que terminó quitándole al conjunto de la construcción la mitad de la dinámica que traía.
Las soluciones que se construyen para los estratos bajos había venido perdiendo presencia en el portafolio de los constructores, sobre todo en ciudades como Medellín. Y sigue esfumándose. Los datos de Camacol muestran cómo en abril la llamada vivienda de interés social retrocedió un 46 por ciento en metros cuadrados y un 53 por ciento en unidades.
La vivienda para los otros estratos también se contrajo, al caer entre enero-abril un 9,2 por ciento en metros cuadrados y 3,1 por ciento en unidades.
Muchos datos, para una sola realidad: Se enfrió la vivienda y, con ella, bajó el dinamismo de la construcción.
Lo que hasta ahora ha salvado al sector es el crecimiento en edificaciones para usos industriales, comerciales, religiosos, hoteles, oficinas y bodegas, entre otros.
Según la presidenta de Camacol, en estas condiciones los empresarios que pueden respirar más tranquilos son los que han diversificado el riesgo y construyen diversos tipos de inmuebles. La misma suerte tienen los que se han mantenido fieles al principio de no comenzar las obras hasta no lograr un buen nivel de preventas.
A los constructores los ha afectado el alza de las tasas de interés; el repunte de la inflación; la pérdida de dinamismo de la economía mundial; y la incertidumbre que generan algunos hechos políticos, sobre los cuales el gremio prefiere no hacer mayores comentarios.
A pesar de los pesares, Beatriz Uribe afirma que el 2008 podría ser el sexto año de crecimiento continuo de la construcción. Su pálpito es que van a doblar la página con un 11 por ciento de aumento en licencias, equivalentes a 20 millones de metros cuadrados.
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