En los desolados paisajes marcianos se acaba de perder un robot. No se sabe de él hace 14 meses, pese a los esfuerzos en la Tierra por conocer su estado de salud.
Este miércoles la Nasa declaró oficialmente perdidas las comunicaciones con el afamado explorador Spirit, que llegó al planeta rojo junto con su gemelo, Opportunity, que aún se pasea por el desértico Marte.
Un último intento por saber del estado de ánimo de Spirit no arrojó resultados positivos.
Los dos exploradores llegaron a Marte el 3 de enero de 2004 para una exploración de tres meses. Cada uno cogió camino diferente. Tras la meta establecida, se encontró que los robots gozaban de salud y podrían mantenerse funcionando muchos años más. Así lo habían hecho hasta que Spirit dejó de comunicarse.
Para intentar restablecer el contacto, se emplearon distintos componentes de la Red del Espacio Profundo de la Nasa en Estados Unidos, España y Australia, contándose con la ayuda de las sondas que orbitan Marte hace años. Nada funcionó.
La última comunicación de Spirit fue el 22 de marzo de 2010. El 30 de marzo, cuando se había programado otra comunicación, no hubo respuesta. Se creyó entonces que, tal como el equipo científico del explorador había anticipado, este habría entrado en modo de bajo poder con actividad mínima, excepto cargar y calentar sus baterías y mantener el reloj en funcionamiento.
Con la mayoría de sus calentadores apagados, el invierno en Marte fue más frío de lo esperado y la temperatura interna de Spirit bajó hasta donde antes no lo había hecho. Ese estrés pudo haber provocado daños, como afectar algunas conexiones eléctricas que impedirían que el robot consiguiera calor. Una situación empeorada porque en el momento de la interrupción del contacto, los paneles solares quedaron dirigidos en posición contraria al Sol.
Aún si hoy volviera a la vida, sus capacidades en adelante estarían muy reducidas.
La primavera en el sur marciano comenzó en noviembre de 2010. Incluso desde antes, los componentes de la Red estuvieron pendientes de señales de vida, pero no se produjeron. Fue entonces cuando John Callas, director del programa en el Jet Propulsion Laboratory de la Nasa creía que con el aumento de la energía solar disponible en la primavera, la energía de Spirit aumentara y reanudara las comunicaciones.
El pasado martes, la Nasa hizo un último intento. Y, como en las profundidades del espacio, sólo hubo una respuesta: silencio.
El explorador no resistió el más fuerte de los cuatro inviernos que debió soportar en suelo marciano.
En el momento de su desaparición, Spirit se encaminaba hacia el gran cráter Endeavour. Había caminado algo más de 20 kilómetros en los seis años de misión.
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