Aunque vivimos en una sociedad donde se cometen delitos intrépidos y curiosos, hay algunos que por sus características se salen de lo normal y no dejan de sorprendernos.
El pasado martes, los directivos de una empresa ubicada en el barrio Los Colores se dieron cuenta que había desaparecido un transformador de energía, de 300 kilos de peso, que dos días antes habían instalado en un poste a más de 10 metros de altura.
No nos explicamos cómo unos ladrones fueron capaces de desmontar el pesado transformador (con ayuda de una aparatosa grúa) y se lo llevaron, sin que nadie se diera cuenta y alertara a los propietarios o a las autoridades.
Los delincuentes son arriesgados e ingeniosos y para combatirlos se necesita mucha atención y colaboración por parte de todos.
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