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Si es establo, que sea cinco estrellas

PARA QUE EL establo le gane al potrero en ventajas tiene que estar bien diseñado, ser cómodo, inspirar tranquilidad y tener la comida suficiente para el huésped, el ganado.

  • Si es establo, que sea cinco estrellas | Donaldo Zuluaga | En la implementación de establos para alimentar con pasto picado es importante tener claro a cuántos animales se puede nutrir con el forraje que produce la finca para levantar la edificación. Foto en San Pedro de los Milagros.
    Si es establo, que sea cinco estrellas | Donaldo Zuluaga | En la implementación de establos para alimentar con pasto picado es importante tener claro a cuántos animales se puede nutrir con el forraje que produce la finca para levantar la edificación. Foto en San Pedro de los Milagros.
20 de abril de 2010
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Más de 100 años respaldan y mantienen su decisión. Marta Luz Velásquez alimenta hoy a su ganado por pastoreo, tal como lo hicieron su abuelo y su padre. Por ahora no necesita un establo.

Ella y su familia tienen en Llanos de Ovejas la extensión de tierra suficiente para nutrir a sus 230 vacas y por eso el establo no los ha seducido.

No todos la ganaderos tienen esa seguridad y el bajo rendimiento o las variaciones del clima los lleva a la pregunta: "¿establo o pastoreo?"

La consideración de Rubén Darío Galvis Góez, zootecnista y docente de la Universidad Nacional sede Medellín, es que el establo es una opción cuando hay poca tierra, se quiere aumentar el rendimiento por área o se pretende una producción más intensiva. Si esa es la decisión, advirtió que se debe tener en cuenta que se necesitará mayor inversión en mano de obra para llevarle el alimento al animal hasta la cama.

Su percepción es que por las extensiones de tierra que se manejan en Antioquia los ganaderos prefieren el pastoreo. Otra posición es la de algunos, como un ganadero consultado que prefirió reservar su nombre por seguridad, que afirman que el pastoreo ya no es viable y cambian de sistema.

A él por ejemplo las cuentas del rendimiento lo convencieron de que era mejor dar el paso y levantó un establo para 70 vacas. La construcción le salió en un millón 500 mil pesos por animal y la inversión lo tiene satisfecho.

Las recomendaciones para el levantamiento de la edificación las tomó de algunos textos de la Universidad de Wisconsin.

Su ganado, para producción de leche, lo alimentan dos trabajadores. Cada animal tiene un cubículo de 2,40 por 1,20 metros y además de la zona de piso duro incluye un área blanda para el descanso.

Esa zona, para Rubén Darío Galvis, se necesita porque reactiva la circulación en el animal a través de las pezuñas. Siempre debe estar limpia para evitar la entrada de enfermedades por posibles heridas o la mastitis.

El aseo, que incluye el manejo correcto de las excretas, es una de las condiciones para superar las ventajas del potrero ya que según el docente de la Nacional un mal potrero puede ser mejor que un establo.

En el primero el ganado está libre, tiene más actividad y menos estrés. Un establo inadecuado le afecta la salud mental, disminuye la producción.

Entre los principales errores que existen en el diseño es incluir divisiones estrechas en los comederos porque pueden generar heridas.

Un asesor en el diseño es el ingeniero Álvaro Rodas, de Tierra, pastos y ganado. Su invitación es a la construcción de comederos compartidos "pero no revueltos". Es decir que en un mismo comedero se pueden alimentar dos hileras de animales.

Está convencido de que en un establo se tiene que ofrecer confort, que se relaciona con el espacio. En sus investigaciones ha descubierto que, por ejemplo, una vaca come en un ángulo de 180 grados en un espacio entre 80 centímetros y un metro de amplitud.

Ese sería el espacio que debe tener cada ejemplar. Otro de sus datos es que la altura promedio del tubo que no permite que el vacuno se pase al comedero es de 1,20 metros.

Él tampoco comparte la idea de establecer divisiones porque la genética de los vacunos del país es dócil.

Un error que significa perder mucho dinero, advirtió Rodas, es elevar los comederos del piso, como suele hacerse en las caballerizas.

La comida para los rumiantes debe estar al nivel del piso, no más arriba ni más abajo, porque la inclinación de la cabeza al tomar el pasto estimula la salivación que es esencial en el proceso de digestión.

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