Los colombianos todos podríamos ser expertos cultivadores de orquídeas, no solo porque somos el segundo país productor de estas plantas, sino porque una de estas flores, la Cattleya trianae, es la flor nacional del país.
Son tantas las especies y los híbridos que surgen del arduo trabajo de los horticultores, que su cultivo se ha ido propagando poco a poco. Hoy muchas personas quieren cultivarlas en casa, un hobby que más que mucha experticia requiere de gran observación.
Así lo explica Juan Felipe Posada Moreno, cultivador y actual vicepresidente de la Sociedad Colombiana de Orquideología, asociación a la que ha estado vinculado desde hace 45 años.
"Son tantas las orquídeas que existen que se hace difícil dar una regla general sobre su cultivo", precisa el experto. Recuerda entonces que la orquídea es la familia más grande de plantas que florecen en el reino vegetal. "En el mundo hay unas 30.000 y en Colombia unas 3.000 especies. El hombre, con esas especies, ha hecho cruces, híbridos, y el número ha crecido".
Entre sus consejos destaca, en primer lugar, saber la procedencia de la planta. Pregunte antes de comprarla sobre la especie para saber dónde debe ubicarla y cómo cuidarla.
"Si la planta procede de la Costa y usted vive en tierra fría, puede que no se le muera, pero no le florecerá", señala el experto.
Recordó que el soporte (ya sea en matera o en árbol), el agua y la luz son claves en estos cultivos. "Si se trata de plantas de interior deben sacarse cada ocho días a que reciban un poco de sol y aire fresco".
Fue enfático en señalar que solo unas muy pocas variedades se siembran en tierra. "La gran mayoría crece sobre un compost poroso". De ahí la importancia de brindarles agua y el alimento a través de fertilizantes, bien diluidos, y ser un buen observador. "Si está lloviendo mucho se deben regar cada 10 o 15 días; si hay un verano intenso, hasta dos veces al día".
Ya reproduce
La casa de Luz de Villa, en el Oriente antioqueño vive llena de orquídeas. El éxito de esta ama de casa apasionada por la jardinería coincide con las claves de Juan Felipe Posada: conoce cada una de las especies que cultiva y por lo tanto sabe dónde y cómo tratarlas.
Su casa vive adornada con especies como la Anguloa spp., de la familia Orchidaceae, más conocida como Cuna de Venus; la Paphiopedilum ssp, que la mayoría reconoce como Zapato de obispo; le fascinan las de Vainilla, las Dendrobium spp., las Stanhopea tigrina que más parece una calavera, y las Brassia spp. con forma de arañitas.
"Yo las riego tres veces a la semana y las observo con detenimiento para asegurarme de que no tienen ningún hongo", dice.
Recomendó nunca regar las flores, pues debe hacer solo en la parte de la raíz; no sembrarlas en tierra sino en árboles o sobre trozos de madera y corteza que les permitan respirar. "Lo mejor de todo es cuando logras hacer reproducciones con nuevas características".
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