Si la justicia le da la razón al exdiputado Sigifredo López, quien ayer acaparó las noticias asegurando que es inocente y víctima de un error judicial, se precluiría la investigación penal y quedaría abierta la posibilidad de una demanda contra el Estado.
Así lo consideraron abogados como José Luis Jiménez Jaramillo , penalista y docente de Derecho de la Universidad de Medellín, para quien "el manejo publicitario es lo grave del caso, porque se violó la reserva sumarial con la filtración de pruebas como el video".
El penalista agregó que esa publicidad no solo vulneró la cadena de custodia, sino que afectó la credibilidad del proceso y, por eso, se aceptó la petición para un cotejo de pruebas por parte del FBI en Estados Unidos.
Sigifredo se defiende
Para contrarrestar las acusaciones en su contra, Sigifredo López quiere limpiar su nombre y por eso juró, desde una celda del búnker de la Fiscalía, que es inocente del secuestro y masacre de sus compañeros de la Asamblea del Valle y se declaró como "víctima de un grave error judicial".
"Sigifredo López es absolutamente inocente", aseguró el dirigente político de 49 años en una entrevista con Caracol Radio, en la que insistió que "la Fiscalía ha sido inducida en error" y que eso se evidencia con los resultados de las pruebas grafológicas y morfológicas que, según la Dijín, no fueron concluyentes. En su defensa recordó los sufrimientos y abusos vividos durante los siete años de secuestro.
"Qué persona en el mundo se somete a un autosecuestro, a arriesgar su vida en un bombardeo, a que lo humillen y lo traten a 'hijueputazos', a no ver crecer sus hijos ni tener una caricia de su mujer, tiene que ser un desquiciado mental, un psicópata... sólo les faltó decir que era un violador o de Al Qaeda", dijo Sigifredo López.
También comparó su situación actual con el sufrimiento de su secuestro. "Mi situación puede ser peor que el secuestro mismo, porque ésta tiene un componente de deshonra, que duele en el alma".
López reiteró que nunca tuvo contacto con guerrilleros. "Ni aún cuando El Caguán, que se convirtió en un santuario de la impunidad, pues a mí ni siquiera me llamó la atención de ir por allá porque no estaba de acuerdo con eso".
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