Dos cubos de azúcar en el pocillo de una aromática de cidrón o albahaca, era la fórmula que sólo conocía Israel Hincapié, asistente de cámara de Televida, y que le servía a diario al padre Calixto.
"Él me dio mucho, era un sabio, un ángel en la tierra, yo sólo le di su estuche del celular, él era tan sencillo que no tenía".
Así, humilde, con un fino sentido del humor y conciencia social, es como lo recuerdan sus compañeros del canal Televida de la Congregación Mariana, donde el padre Vélez realizaba su programa Tejas Arriba.
"Era un hombre gozador, que hacía un buen chiste y se quedaba serio, pero que también era silencioso y reflexivo", tal como lo describe Juan Carlos Greiffenstein, director del canal.
El pasado lunes el padre Vélez viajaría a Bogotá a participar de un seminario sobre cantos litúrgicos, el tema de uno de sus grandes sueños y que estaba en proceso de construcción: crear un cantoral litúrgico. Su afición por el violín y su pasión por la música impulsaban este sueño.
"Ojalá con el permiso de su congregación y de su familia, en Televida podamos hacer ese sueño realidad", dice Greiffenstein.
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