El 93 por ciento de las tutelas al servicio de salud están relacionadas con tratamientos o medicamentos incluidos en el Plan Obligatorio de Salud (POS). La cifra, que indicó la Procuraduría, la recuerda Gustavo Campillo, de la Mesa Nacional del Cáncer.
Y el dato, además, atraviesa la historia de siete pacientes (la punta del iceberg) todas diagnosticadas con algún tumor, en especial de mama, que además de luchar contra su enfermedad, han tenido que aprender a sortear las dificultades que surgen para recibir la atención a la que tienen derecho.
Cada una de ellas, así como tantos otros pacientes en el país, son propietarios de un extenso conjunto de órdenes, contraórdenes, derechos de petición, acciones de tutela y otros documentos legales con que amparan y demuestran la necesidad y la obligación que tienen aseguradores y prestadores del servicio de cumplir con lo que necesitan.
"En esto hay que volverse casi abogado y saber de leyes, además de medicina", dice Nancy Parra. Esta mujer que aún no llega a los 50 años lleva ocho de ellos batallando contra un cáncer de mama.
Su problema, como el de Nancy Vásquez, Dora Zamora, Elizabeth Giraldo y Marta Montoya es el mismo, su EPS, Coomeva, les cambio su prestador del servicio y las agrupó en la Centro Oncológico de Antioquia (COA), lo que alteró o reanudó los procesos y tratamientos que habían adelantado hasta el momento.
Caso a caso
Nancy Vásquez es una joven pecosa. "Hay que librar todas las batallas", dice y ella está en la suya. Su cáncer es agresivo y ahora le afecta el cerebro. Apenas una pelusa le empieza a crecer en la cabeza.
Ella vive en Amagá. Y de mes en mes, en ocasiones de semana en semana, se desplaza a Medellín para su tratamiento. Antes del cambio la atendían en el Instituto Cancerológico de Antioquia, cerca de la Terminal del Sur, adonde llega luego de su viaje.
"Yo llegué a solicitar unas radioterapias que me envió el oncólogo de manera urgente, pero me dijeron que no me podían atender en el Instituto y, como en COA no hay radioterapia me remitirían al San Vicente. Eso me implica un desplazamiento mayor y más complicado".
Mucho más teniendo en cuenta la agresividad de su cáncer. En su batalla logró recibir la radioterapia, pero aún no le aplican la quimio.
Otro problema, dicen las pacientes, es que la atención quedó diseminada por la ciudad... incluso por el Valle de Aburrá.
"Ahora los especialistas no están aquí, sino en el otro extremo de la ciudad. Los exámenes de sangre no se los hacen donde está el especialista, sino que debe volver a atravesar Medellín, pero los medicamentos una vez obtenidos los resultados son en otro lado... es una atención fragmentada, lo que significa una barrera adicional para el acceso y cuando éstas se crean, pues algún paciente no va a ir o al examen, o a reclamar los medicamentos, o a la consulta médica... pero al prestador del servicio ya se lo pagaron", anota Campillo.
Por ahora, algunas de las pacientes siguen en espera de que les asignen citas o les resuelvan algunos derechos de petición para volver a recibir sus tratamientos, que están en su espera hace ya un par de meses.
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