Rigoberto Urán subió con los duros, pero a falta de un kilómetro las fuerzas se le acabaron. La etapa más dura de la Vuelta a España, con llegada en alto en Peyragudes, demostró que el antioqueño aún tiene gasolina, pero que nadie puede contra Vicenzo Nibali.
La etapa, maratónica de 224 kilómetros con cuatro premios de montaña de primera categoría, tuvo un ganador casi anecdótico. Alexandre Geniez, del equipo Francoise de Jeux, se impuso en la meta en su Francia natal. Se desprendió antes de la última de cuatro escaladas para consagrarse en la etapa que salió de Andorra, y tuvo más de seis horas de carretera.
Detrás del ganador se hizo un grupo con los favoritos en la carrera, en el que estuvo, hasta casi un kilómetro antes de la línea de llegada, el antioqueño Urán (Sky). Allí, Michele Scarponi (a 3.03) y Nicolas Roche (3.07) lograron sacar una corta ventaja sobre el líder Vicenzo Nibali (3.20), quien mantuvo la camiseta roja tras mostrarse en buena forma al responder los ataques de Alejandro Valverde, Joaquim Rodríguez y Christopher Horner, quienes llegaron con el mismo tiempo del italiano.
Urán perdió 34 segundos con Nibali, llegó en el puesto 14 de la fracción y subió a la casilla 23 de la general (24.54), mientras que Sergio Luis Henao cayó cinco posiciones tras acabar 35 ayer. Está en el puesto 24, a 25,28 del liderato.
Hoy se disputa la decimosexta etapa entre Graus y Formigal, de 146,8 kilómetros, la tercera y última en Pirineos y con final en alto.
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