Un considerable incremento en el número de casos de tos ferina evidenciado por la Sociedad Colombiana de Pediatría (SCP) ha prendido las alarmas entre los profesionales responsables de la salud de los más pequeños.
Durante 2010 se registraron 118 casos en Antioquia mientras que en lo que va corrido del año van 198. Con casi tres meses por delante, esta cifra representa ya un incremento del 67 por ciento.
Para Óscar Velásquez Gaviria, presidente de la regional antioqueña de la SCP, este crecimiento "es importante porque si seguimos así, las enfermedades inmunoprevenibles van a aumentar en el resto del país. Estamos disminuyendo las coberturas de vacunación y eso hace que haya más gente susceptible de contagiarse y transmitir las enfermedades".
Velásquez Gaviria llama la atención sobre las cifras del censo nacional de vacunación, según las cuales apenas el 77 por ciento de los niños menores de un año han recibido las dosis necesarias de la vacuna pentavalente que previene la aparición de la enfermedad.
Desde el mes de septiembre la Secretaría de Salud de Medellín lanzó un enérgico llamado para que las madres completen los esquemas de sus hijos.
"No hay motivo para que los niños no tengan completos los esquemas de inmunización", dijo entonces a EL COLOMBIANO la secretaria de salud, Pilar Pastor.
Como una enfermedad que afecta los niños más pequeños, es fundamental completar todas las dosis de la vacuna que combate la tos ferina, la cual a su vez previene complicaciones por difteria, tétanos, hepatitis B y la bacteria haemophilus.
Recuerde que estas dosis se aplican a los dos, cuatro y seis meses de edad con refuerzos a los 18 meses y cinco años.
De acuerdo con el presidente de la SCP en Antioquia, docente de la Universidad de Antioquia, la tos ferina es la enfermedad infectocontagiosa con mayor capacidad de propagarse. "Si hay cien personas sin vacunar, las cien se pueden contagiar por una persona que tenga la bacteria. Es altamente contagiosa", afirma.
También los mayores
Una creencia equivocada señala que la tos ferina solo afecta a los niños. No obstante, los especialistas recomiendan vacunar periódicamente, cada diez años, a partir de la adolescencia.
"Todos los adultos después de los 15 años, más o menos 10 años después de la última dosis, se deben estar revacunando. O sea: poniéndose un refuerzo para que aumenten las defensas", repone Velásquez Gaviria.
Una tos muy seguida y enrojecimiento de la piel son las características más frecuentes de la tos ferina.
Añade el experto que "esta es una tos continua, prolongada, que es como en accesos en síncope que pueden terminar con vómito y rubicundez de la cara".
Contrario a la tuberculosis, la tos ferina no produce sangrado en el esputo del paciente.
El mensaje de la Sociedad de Pediatría es claro. Una enfermedad fácilmente prevenible no debería estar en aumento.
Se requiere conciencia, principalmente de los padres, para completar los esquemas de vacunación en los niños menores de 12 meses.
Si bien la tos ferina ostenta un bajo índice de mortalidad, cercano al uno por cada 100 casos, las complicaciones pueden ser graves.
Hemorragias, bronconeumonías y hasta hernias puede causar esta enfermedad prevenible que, en el mejor de los casos, produce una tos asfixiante que tarda hasta 100 días en desaparecer.
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