Si hay algo claro para quienes estudian la corrupción es que la debilidad institucional en los niveles locales y la ausencia de control político y social sobre las actuaciones de los funcionarios es una tendencia general en América Latina.
Y para enfrentarla requiere, según
Elisabeth Úngar, directora de Transparencia por Colombia, voluntad política de los gobiernos, pero también acciones de la ciudadanía que se traduzcan en sanciones políticas y sociales.
En Cartagena, expertos de América Latina, debaten los alcances de la corrupción en el ámbito regional y local porque es allí, justamente, "donde se manifiestan las peores expresiones y los mayores riesgos", en palabras de Úngar.
A su juicio, esto ocurre porque la institucionalidad es más débil ya que las posibilidades de coptación y captura son más altas. "Pero también, la sociedad civil es más frágil y la descentralización es menos efectiva".
Una salida al fenómeno de la corrupción, cuyas causas se asemejan en América, tiene que ver con la voluntad política.
"Eso puede sonar trillado, pero el Gobierno central debe adoptar políticas para fortalecer la institucionalidad y eso pasa por la capacitación de funcionarios y el fortalecimiento de los instrumentos de control social para que la ciudadanía pueda demandar transparencia", considera
Elisabeth Úngar.
Otro de los asuntos que abordaron los expertos en el foro sobre Transparencia y Desarrollo en las Américas es el de la financiación de las campañas políticas.
"El financiamiento en la política es importante, porque la transparencia en ese sector nos permite saber quiénes están detrás de los candidatos y nos permite juzgar después la gestión de gobierno", tal como lo afirmó la argentina
Delia Ferreira Rubio, de Coalición Global contra la Corrupción.
En este último aspecto, Úngar sostiene que somos los ciudadanos los llamados a aplicar sanciones sociales cuando con nuestro voto evitamos que candidatos cuestionados lleguen al poder.
"Hay una debilidad en la sanción social porque hay una convivencia con los corruptos y un sentimiento de apatía porque como no se puede luchar contra ella entonces se deja pasar", sostiene Úngar.
Los expertos de Transparencia ven también en el crimen organizado la verdadera muerte de la democracia.
"La financiación de campañas puede ser dinero proveniente de organizaciones del crimen organizado, que están tratando de capturar el Estado, de infiltrarse, para apropiarse de la estructura estatal", dijo Ferreira.