La cifra de fallecidos por el devastador terremoto que asoló la costa norte de Ecuador hace una semana saltó a 646, según dijo ayer el presidente Rafael Correa.
A pesar de que el mandatario celebró el rescate de 113 personas, la tragedia, la peor en casi 70 años, deja 130 desaparecidos, casi 12.500 heridos, 26.000 albergados y miles de millones de dólares en pérdidas que afectarán la ya maltrecha economía del país con vocación petrolera.
Desde que el terremoto de magnitud 7,8 golpeó la costa ecuatoriana el sábado, más de 700 réplicas se han sucedido, obligando a los pobladores a abandonar sus casas o dormir a la intemperie, pues temen que sus hogares se vengan al suelo.
Según Correa, el país necesitaría hasta 3.000 millones de dólares para la reconstrucción de las zonas devastadas, por lo que propuso a mitad de semana un aumento temporal de impuestos, la venta de activos no prioritarios y la emisión de bonos en el mercado internacional.
El alza impositiva no afectará a los pobladores de las zonas destruidas y tendrá que ser aprobada por la Asamblea Nacional, donde Correa tiene mayoría, con plazo máximo de un mes.
Además ayer los bancos privados anunciaron la reestructuración de las deudas de sus clientes en las zonas adyacentes al terremoto.
Si bien los rescates seguirán por dos semanas más, en las últimas 48 horas de búsqueda no se encontraron más sobrevivientes.
De otra parte, el presidente Juan Manuel Santos viaja hoy a Ecuador para reunirse con Correa y llevar ayudas a las víctimas del terremoto, entre las que hay cientos de colombianos.
El encuentro entre los dos mandatarios se realizará a las 9:30 a. m., en Manta..