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Cientos de miles de argentinos se espera marchen hoy por las calles de Buenos Aires, en protesta por los turbios acontecimientos en torno a la muerte del fiscal Alberto Nisman, el 18 de enero, quien cuatro días antes había presentado su denuncia sobre una presunta participación de la presidenta, Cristina Fernández, en una trama de encubrimiento a los terroristas que atentaron contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia) en 1994.
Denominada como la “Marcha del silencio” y convocada por fiscales y distintos sectores de la oposición, la movilización partirá de las inmediaciones del Congreso y concluirá en la emblemática plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede del Ejecutivo.
Mientras crece la expectativa, el diario Clarín publicó una entrevista a Natalia Fernández, testigo del operativo realizado en la casa del fiscal, en la que denunció irregularidades: “Tocaron el teléfono del tipo al que mataron. La mina (mujer) luego soltó el móvil y hubo carcajadas”.
Consultado con anterioridad por EL COLOMBIANO, Vicente Palermo, politólogo e investigador argentino, no dudó en aseverar que la marcha del día de hoy “significará una expresión política y moral relevante contra Cristina”.