El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela aprobó varias solicitudes para estudiar un posible referendo revocatorio del presidente Nicolás Maduro en una decisión inesperada que, en cualquier caso, dependería en un primer momento de una masiva recogida de firmas.
El 10 de enero se cumplió la mitad del actual mandato de Maduro, que accedió al poder hace ya dos años, después de unas elecciones consideradas ilegítimas por la mayoría de la oposición interna. Superado ese simbólico umbral, la Constitución contempla el cese del presidente mediante consulta.
Varios movimientos trasladaron el lunes su petición formal de un referendo revocatorio ante distintas oficinas del CNE –también en Caracas– y este órgano, controlado por el chavismo, sorprendió al autorizar sin demoras el “inicio de procedimiento para una eventual activación” de dicha consulta.
El Consejo dio curso a las peticiones presentadas por el Movimiento Venezolano por el Revocatorio (Mover), Todos Unidos por el Referendo Revocatorio y el Comité Ejecutivo Nacional de Confedejunta, aunque se trata de un trámite inicial que ahora queda a expensas de futuros pasos.
La Junta Nacional Electoral debe ahora elaborar un calendario de recogida de firmas, ya que la Constitución establece que la activación final del referendo revocatorio requiere que así lo exijan el 20% de los electores inscritos en el registro. Llegado el caso de que se celebre la consulta, Maduro sería cesado si votan contra él más personas de las que lo apoyaron en 2018 –unas 6,2 millones– y la participación supera el 25%.