Con visibles marcas en su rostro, de llantos y tristezas recientes, una golpeada Hillary Clinton tuvo que sacar fuerzas de más para dirigirse a la nación y al mundo en su discurso de aceptación de la derrota.
“Este no es el resultado que esperábamos y por el que luchamos tan duramente. Lo lamento por no haber ganado esta elección”, decía a los sectores que apoyaron su campaña.
“Yo felicité anoche a Donald Trump y le ofrecí trabajar con él en nombre de nuestro país. Espero que sea un exitoso presidente para todos los estadounidenses. Trump va a ser nuestro mandatario, le debemos una mente abierta y la oportunidad de liderar”, instó.
“Hemos pasado año y medio uniendo a millones de personas de cada rincón de nuestro país, para decir en una sola voz: ‘creemos que el sueño americano es suficientemente grande para todos’. Para gente de todas las razas, religiones, hombres y mujeres, inmigrantes, personas Lgbt y gente con discapacidades. Para todos.
Por eso, nuestra responsabilidad de ahora en adelante es seguir haciendo nuestra labor para construir esa mejor, más fuerte y más justa América que todos buscamos”, concluyó.