Sin haberse sentado en la silla presidencial de la Casa Blanca, Donald Trump ya le ha hecho saber al pueblo norteamericano y a la comunidad mundial, que hay políticas de la administración de Barack Obama con las que no comulga y, por lo tanto, procurará acabarlas desde el 20 de enero, cuando asuma el poder.
El legado Obama tiene mucho de positivo, según Emilio Viano, profesor de la Universidad de Washington: como afrodescendiente, luchó por los derechos de las minorías. Favoreció la aprobación del matrimonio gay y la abolición del “no pregunte, no diga”, que les impedía a los gays de las Fuerzas Armadas asumir sus preferencias sexuales.
Obama, agregó Viano, intentó eliminar la cárcel de Guantánamo, que pasó de más de 300 a 60 presos. No pudo ir más allá, porque el poder decisorio es del Congreso, que prohibió el uso de recursos federales para el cierre total de la penitenciaría. Según su criterio, el mandatario hizo una intervención acuciosa y focalizada para sacar la economía de la crisis que vivía en 2008. Su política fue agresiva, protegió las inversiones de Estados Unidos, salvó sectores de la bancarrota, como el automotriz y el inmobiliario, resguardando con ello muchos empleos.
El profesor le abonó a Obama su intento de solucionar los líos de los inmigrantes, con normas como la Ley de los soñadores, que les permite a los jóvenes hijos de indocumentados no ser expulsados y acceder a la universidad. Viano reconoció que el mandatario trató de equilibrar el acceso a la residencia y ciudadanía, con las deportaciones, que fueron muchas.
Como “logros frustrados”, o a mitad de camino, le quedó a Obama el cierre de guerras en el Medio Oriente, con el retiro de tropas de Irán e Irak. Viano destacó el mensaje del presidente norteamericano en el sentido de que Estados Unidos no es el policía del mundo y que el uso de la fuerza militar no es la única vía para resolver los conflictos.
¿Y con Trump, esos logros están bajo amenaza?
Para el profesor norteamericano la respuesta es sí, porque se trata de un gobierno más conservador y con un partido, el Republicano, que domina el Legislativo y el Ejecutivo, y puede anular las decisiones tomadas por Obama. Y eso, añadió, puede cubrir determinaciones en materia de medio ambiente, calentamiento global, inmigración, ciertas reglas sobre el aborto, la comunidad gay, protección de áreas sagradas para los indígenas, entre otras. “Trump demostrará que ni él ni su partido aprobaron lo que hizo Obama”, precisó Viano.
Entre las varias preocupaciones del analista, está el hecho de que, según dijo, el gobierno de Trump es plutócrata, dado que su gabinete concentra un tercio de la riqueza de los norteamericanos. Eso genera incertidumbre, por el conflicto entre los intereses particulares y los generales. A manera de ejemplo recordó que el ministro del Trabajo es dueño de una cadena de comidas rápidas y considera que un salario de 10 dólares con 10 centavos la hora es muy costoso, cuando Obama tenía como meta llegar a los 15 dólares. Eso, sin contar con los intereses propios y familiares del presidente, quien tendrá como principal asesor al esposo de su hija.
Retroceso democrático
Arlene B. Ticner ve con preocupación que en el equipo de Trump haya más presencia de militares que en cualquier gobierno anterior, amén de billonarios cuyos intereses no siempre van a estar en línea con los del común de norteamericanos. La profesora de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario no auguró buenas relaciones internacionales de Estados Unidos. Con Trump no se retrocederá en dos logros de Obama, el renacer diplomático con Cuba y el acuerdo nuclear con Irán, pero sí las ve con una perspectiva de estancamiento, tensión y complejidad.
Igualmente estacando puede quedar lo que Obama alcanzó a cristalizar en materia de control de armas, en donde tuvo oposición republicana y de la Asociación Nacional del Rifle. El logro de Obama que definitivamente sí parece condenado a una pronta desaparición, es su programa de salud, el mejor de todos los tiempos, a juicio de Ticner, y que con todas las críticas y problemas que tiene, valdría la pena mejorar, pero no acabar. La docente, que lleva 30 años en Colombia, señaló que desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 los norteamericanos han tenido un retroceso en sus derechos civiles y ahora, bajo el mandato de Trump, no le cabe duda de que se presentará un retroceso en materia democrática.
“Primero América”
Los contrastes entre los dos mandatarios también los marcó Luis Felipe Buitrago Pinedo, quien comenzó por destacar las puertas del diálogo que abrió Obama con países que tradicionalmente eran vistos como enemigos del “imperio”. Tal es el caso de Cuba y de Irán. El asunto se complica, porque Trump ya dijo que apoyará a Israel, que es enemigo de Irán.
Buitrago Pinedo, politólogo y analista internacional, señaló que mientras el mandatario saliente tuvo una apertura hacia las minorías, llámese afrodescendientes o latinos, su sucesor quiere lo mejor para sus nacionales, como lo prometió con su lema “Primero América”. De ahí los estímulos y presiones a los empresarios para que inviertan más en Estados Unidos; el retorno al proteccionismo y su rechazo al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, en el que también están Colombia y Perú.
El docente de la Universidad de Antioquia llamó la atención sobre otra diferencia significativa entre Obama y Trump: bajo el primero, el presupuesto militar no privilegió el fortalecimiento y su modernización, mientras que para el segundo es fundamental la renovación total.
¿Y si no sale tan malo?
“Yo no soy muy obamista, pero aún así debo reconocer que bajo su presidencia la economía no se despelotó”.
Así comenzó a describir Juan David Escobar Valencia los logros del gobierno del presidente Barack Obama, a quien le abonó el hecho de haber tomado buenas medidas para conjurar la crisis económica que vivía el país al asumir su primer mandato. Entre todas las economías del mundo, agregó, la de Estados Unidos es la que mostró comportamientos positivos. En su opinión, el caso es que si el nuevo gobierno entra en la tónica de las guerras comerciales, la lenta recuperación económica podría verse afectada.
El experto en geopolítica y docente de la Universidad Eafit calificó de rescatables, aunque no del todo buenos, los acuerdos logrados con Cuba e Irán, que ahora podrían sufrir alteraciones bajo la era Trump. Como “muerto” describió al Acuerdo Transpacífico. El criterio de Escobar Valencia es que Obama se quedó corto en el cumplimiento de promesas. Así le ocurrió con su pretendido cierre de la cárcel de Guantánamo, la reactivación de la infraestructura y la construcción y el tema migratorio, en donde, según su valoración, hubo más anuncios que realidades.
Adicionalmente, el también comentarista de EL COLOMBIANO destacó que “si bien Barack Obama no comenzó tantas guerras como los republicanos, sí mandó a matar más gente con los drones que con las operaciones militares formales”. El analista no cree que el gobierno de Trump vaya a ser tan malo como algunos vaticinan. Inclusive, dijo que si no hace burradas ni se mete en peleas comerciales, al final la gente hasta podría terminar agradeciéndole su gestión. Esto está por verse.
