Desde el inicio ya se ven truncadas las negociaciones para abrir posibilidades de paz entre régimen y oposición, en Siria.
Por eso los acercamientos despiertan pesimistas pronósticos de diplomáticos, políticos y académicos. Con la misma complejidad del conflicto, el diálogo que arranca hoy en Ginebra, Suiza, tiene un panorama gris, con bandos en disputa lanzando acusaciones cruzadas y reacios a ceder.
“No estamos aquí para negociar, sino para sentar las bases para poder hacerlo”, advirtió el delegado de la opositora Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN), Bassma Kadamani, a medios internacionales presentes.
Tal como reportó EFE desde Suiza, esta misma postura distanta fue expresada por el jefe de la delegación del régimen de Asad, Bashar Jafaari: “Las conversaciones indirectas todavía no han empezado formalmente”.
No solo se llegó a Suiza con terquedad, sino entre crecientes signos de confusión y desorganización. La oficina del mediador de Naciones Unidas para dicho proceso —Staffan de Mistura—, afirmó en comunicado que se reunirá hoy por la mañana con la delegación gubernamental y por la tarde con la opositora. Pero algunos delegados de la oposición desmintieron, poco después, dicha información.
Condiciones fundamentales
Otro asunto se cierne como obstáculo contra las intenciones de paz de la comunidad internacional para Siria. El régimen se ha mostrado intransigente a la hora de abordar cualquier reclamo de la oposición incluido en la hoja de ruta para que el proceso avance.
“Negociaremos, siempre y cuando sea sin precondiciones y sin interferencias extrajeras”, afirmó en rueda de prensa el jefe de la delegación gubernamental.
JafaariSe refiere a la petición opositora de que el régimen haga gestos humanitarios antes de iniciar formalmente las negociaciones indirectas, tales como el acceso de civiles a la ayuda esencial en áreas bajo cerco militar, el cese de bombardeos y la liberación de prisioneros.
Para perjudicar la imagen internacional de la oposición, Jafaari habló con ironía sobre el atentado de ayer contra chiíes en Damasco, que dejaron 45 muertos.
“Alguien toma el avión en Sidney, Australia, viaja con visados regulares y no con falsificados, pasa por Dubai y Ankara, llega allí a campos de entrenamiento y recibe armamento, luego cruza la frontera con Siria y se convierte en oposición moderada”, dijo. “Se convierte en un sirio genéticamente manipulado. No me digan que ellos se preocupan por el bien el pueblo sirio”, agregó.
Lo paradójico es que horas después de su comentario, el Estado Islámico reivindicó su autoría en dicho ataque.
¿Quién quiere entorpecer el proceso y por qué? Consultado por EL COLOMBIANO, Hasan Turk, internacionalista y docente experto en asuntos de Medio Oriente, consideró que ambos bandos intentarán entorpecer la diplomacia con tal de no ceder en los asuntos fundamentales del c onflicto.
“Llegar a pactos es bastante complicado, porque la oposición no quiere que el régimen siga de alguna forma en el poder, y Bashar al Asad no quiere entregarlo. Las partes llegaron con puntos innegociables. Más aún, la oposición tiene muchos sectores, y ya en ella es muy difícil que todos se pongan de acuerdo”, dijo.
Agregó que ambas partes se quieren juzgar tras un eventual escenario de acuerdos, y ninguna quiere responder por crímenes de guerra o violaciones de derechos humanos.
Además hay un pulso externo por parte de las potencias y naciones cercanas como Irán y Arabia Saudita, lo que complica las cosas.
“Sinceramente, no creo que esta ronda de negociaciones llegue a algún avance significativo”, concluyó.
