Cuando los altos funcionarios visitaban una remota provincia de Tailandia siempre les recibían con un gran banquete y luego les ofrecían chicas muy jóvenes “de postre”, una “tradición” extendida que ahora copa titulares de prensa.
“Es una tradición frecuente desde hace tiempo”, explica a la AFP Boonyarit Nipavanit, un funcionario de distrito de la provincia pobre de Mae Hong Son, en el norte montañoso del país.
La red de tráfico de adolescentes que operaba en esta provincia, con la ayuda de funcionarios y policías, ha saltado a las portadas de los medios de todo el país, conocido por sus barrios de prostitución llenos de turistas pero donde la mayoría de la industria del sexo está orientada a los tailandeses.
“Cuando venían grupos de altos funcionarios para participar en seminarios o en viajes de trabajo había la tradición de ‘tratarlos bien’, lo que significa darles de comer y extenderles la colchoneta’, es decir proporcionarles chicas”, explica Boonyarit.
“A veces teníamos información de qué tipo de mujeres les gustaban, a veces los funcionarios preparaban a cinco o diez chicas para que un alto responsable pudiera elegir”, recuerda.
Boonyarit no duda ahora en hablar libremente desde que las autoridades están investigando 41 casos de una presunta red de prostitución en la provincia dirigida por policías.
El caso salió a la luz cuando la madre de una víctima, que habló desde el anonimato y está bajo protección del gobierno en Bangkok, explicó a la prensa cómo su hija de 17 años y otras adolescentes fueron chantajeadas y forzadas a prostituirse.
Según su testimonio, algunas de las víctimas fueron tatuadas con una lechuza, un símbolo de propiedad que utilizan los traficantes.
Bajo la presión mediática, la policía arrestó a un policía acusado de traficar con chicas y acusó a otros ocho de acostarse con menores.
En la provincia de Nonthaburi, en el centro del país, cinco funcionarios fueron acusados también de haber pagado a adolescentes con dinero público durante una visita oficial a Mae Hong Son.
“Desde que saltó la noticia, muchos funcionarios se sienten aliviados porque ya no tendrán que hacerlo más”, asegura Boonyarit.