El Índice de Precios al Consumidor (IPC) anualizado se ubicó en 4,90%, según reportó el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), con lo que el indicador siguió retrasando su descenso hacia el rango meta del 3%.
La cifra de 4,90% fue mayor a la reportada en junio, cuando llegó a 4,82%, aunque mucho más baja que el 6,86% registrado en julio del año pasado.
La directora del Dane, Piedad Urdinola, precisó que la inflación estuvo presionada en el último año por la variación observada en los precios de los grupos de gasto asociados a restaurantes, educación y transporte (ver gráfico).
En contraste, los desempeños a la baja del IPC se apreciaron en las divisiones de gasto de los hogares colombianos correspondientes a bienes y servicios diversos, muebles, artículos para el hogar y prendas de vestir y calzado.
Por ciudades, los comportamientos que estuvieron por encima del promedio nacional se dieron en Pereira (5,98%), Bucaramanga (5,67%) e Ibagué (5,44%).
Las menores variaciones se apreciaron en Santa Marta (1,92%), Valledupar (3,33%) y Riohacha (3,59%). En Medellín el indicador fue de 4,81%, menor al promedio nacional.
IPC mensual y año corrido
Para el mes de julio, el Dane reveló que el índice de inflación fue de 0,28%, presionado por los gastos de las familias atados a alimentos y bebidas no alcohólicas (0,82%), salud (0,39%) y por último, restaurantes y hoteles (0,35%).
De acuerdo con las cuentas divulgadas, las menores variaciones se apreciaron en los grupos de información y comunicación (0,22%), alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles (0,19%), muebles, artículos para el hogar (0,15%) y bebidas alcohólicas y tabaco (0,14%).
El resultado mensual de la inflación fue mayor al 0,18% que proyectaron los analistas que respondieron la Encuesta Mensual de Expectativas Económicas del Banco de la República.
Para Medellín, la inflación se ubicó en julio en 0,15%, nivel más bajo al promedio nacional de 0,28%. Los bienes y servicios que provocaron un aumento en el indicador fueron arriendos, frutas frescas y comidas en restaurantes.
Las menores presiones en los bolsillos de los consumidores de la capital paisa corrieron por cuenta del servicio de electricidad y productos claves de la canasta familiar como papas y carne de cerdo.
Consultada la directora del Dane sobre el eventual efecto de las protestas y bloqueos viales de los arroceros el mes pasado, solo respondió: “El IPC mide las variaciones de precios, y sin embargo no determina el impacto de situaciones como el paro arrocero o el que recientemente se resolvió (en Boyacá)”.
¿El Emisor tuvo razón?
El dato de inflación es uno de los insumos esenciales usado por el Banco de la República para fijar su tasa de interés. En su reunión de finales de julio, la junta del Emisor mantuvo en 9,25% la tasa de referencia, argumentando que entre diciembre de 2024 y mayo de 2025 la inflación anual se mantuvo entre el 5,1% y el 5,3%, interrumpiendo la senda descendente de 2024, por presiones al alza en los precios de los alimentos y la inercia en la inflación de algunos de bienes y servicios.
El indicador publicado ayer por el Dane le dio la razón a los directores que votaron por no mover la tasa, toda vez que la convergencia de la inflación a la meta continúa enfrentando riesgos importantes debido al incierto panorama comercial y financiero global, junto con los efectos derivados del desequilibrio fiscal interno que podrían presionar al alza los precios locales.