Cuando una misión de médicos cubanos regresa a la isla, los profesionales en salud son recibidos con aplausos y con la bandera de rayas blancas y azules. Estas semanas, en época de pandemia, es el propio presidente Miguel Díaz-Canel quien les da la bienvenida a los doctores en una videollamda.
No puede acercarse físicamente pues estos llegan de tratar el coronavirus en países como Argentina, Francia, Honduras, Italia, México o Perú y en otros tiempos han arribado de naciones africanas, Venezuela, Bolivia, entre otros, lugares en los que se internan en zonas apartadas donde el sistema de salud es débil y las enfermedades son una amenaza invisible para los ciudadanos.
“Ustedes han mostrado al mundo una verdad que los enemigos de Cuba han pretendido silenciar o tergiversar: ¡la fortaleza de la Medicina cubana!”, le dijo Díaz Canel a una brigada que llegó el pasado lunes 8 de junio desde Crema, Italia, país que fue uno de los epicentros de la covid en marzo. En una teleconferencia, con banderas y tapabocas, escucharon sus palabras, para luego partir a su cuarentena.
Solo este año y netamente para la atención de la pandemia, Cuba ha enviado 34 brigadas médicas del Contingente Henry Reeve (un grupo de atención internacional de salud) a 27 países. Las cifras que entrega la Cancillería de La Habana, con corte al 8 de junio, señalan que este personal, entre médicos y enfermeras, ha atendido a 61 mil 237 pacientes, en todos los continentes.
Aunque en las últimas semanas se ha hablado de estas misiones, no es nada nuevo para la isla. Cuba es conocida por la calidad en la formación de profesionales de la salud y desde la década de 1960 emprendió la iniciativa de enviar médicos a otras partes del mundo, aún cuando la calidad del sistema de salud que tiene la isla para sus ciudadanos ha sido cuestionado por opositores al régimen de los Castro.
“Esos médicos brindarán sus servicios en condiciones de semi esclavitud porque del dinero que pagan los anfitriones solo una ínfima parte terminará en sus bolsillos (...) En Cuba tenemos los duros contrastes de toparnos con un neurocirujano que va a operar sin haber desayunado, porque su sueldo no le alcanza para cada día tomarse un vaso de leche”, escribió para la DW la periodista Yoani Sánchez, una de las voces críticas al régimen.
Medicina como política
Las misiones internacionales de Cuba no son altruismo, sino un negocio que permite que a la isla entren dólares, una moneda bastante necesaria para su administración, que es objeto de sanciones internacionales por parte de Estados Unidos.
Cuando se le pregunta a Lawrence Gumbiner, quien fue encargado de negocios de la Embajada Estados Unidos en La Habana entre 2017 y 2018, sobre el papel de las brigadas en la política exterior del país, el diplomático responde que tiene tres propósitos: el financiero, ganar apoyo entre estados y una campaña de relaciones públicas.
“Es una manera atractiva del Estado para recaudar divisas porque los países le pagan a este por cada médico que viaja, es una forma eficaz de ganar apoyos o votos de otros en organizaciones internacionales y sirve como campaña de diplomacia pública. Deja una buena imagen internacional y Cuba la aprovecha”, dice Gumbiner.
Venezuela es el ejemplo más cercano de cómo el régimen de La Habana aprovecha ese trabajo. Con la llegada de Hugo Chávez al poder ese Gobierno implementó las misiones médicas Barrio Adentro, que no son más que brigadas de profesionales en la salud provenientes de la isla que brinda atención en zonas pobres, populares y alejadas.
A cambio, el país receptor debe costear toda la logística y pagarle al régimen por el trabajo de estas personas. Así, esa alineación ideológica de las administraciones de Chávez y Maduro con los Castro, y ahora con Díaz-Canel, se traduce en respaldo en instancias multilaterales como Naciones Unidas, petróleo y divisas que entran al territorio caribeño.
Cuba cuenta con 479.623 trabajadores de la salud, que representan el 6,6 % de la población en edad laboral. Tienen una tasa de 116 médicos por cada 10.000 habitantes, según el Anuario Estadístico en Salud. En contraste, Colombia cuenta con 2,2 médicos por cada mil personas.
Si bien las estadísticas de Cuba son alentadoras, muchos de esos profesionales no están prestando servicio en su territorio nacional. “Tenemos una carencia de médicos y en la pandemia se ha sentido esa presión. Entre 2000 y 2010 el sistema sanitario se vio afectado por la salida de profesionales, pero eso acá no se puede discutir”, asegura Énix Berrío, director del Centro de Estudios Políticos y de Alternativas para la Transición Democrática.
Berrío agrega que los servicios también los pacta el régimen con organizaciones internacionales y solo le retribuye al personal que viaja entre el 20 % y el 25 % de lo que percibe por esa colaboración: más ingresos para las arcas del Estado, pero no para sus profesionales que se exponen en contextos adversos.
Al final, en el relato de la medicina se entretejen discursos políticos. Así, este año, cuando una de sus brigadas partió a Italia, llevaron en primera línea un retrato de Fidel Castro y alrededor iban los médicos sujetando banderas de ambos países en sus manos. Cuando los políticos de izquierda han enfermado, también viajan a la isla: Evo Morales, Cristina Fernández y Gustavo Petro. El mismo Chávez falleció tras ser atendido allá.
No muy lejos, en abril, La Habana le ofreció a Colombia una de sus brigadas para la covid. El Gobierno guardó silencio ante el ofrecimiento ya que las relaciones se han ido fracturando tras la presencia del Eln en la isla. La llegada de una de esas misiones a Colombia, en este momento, sería abrir la puerta a que la diplomacia se haga al estilo cubano: con la salud de por medio.
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países pidieron misiones médicas a Cuba en los últimos meses: Min. Salud.
