Sacar una sonrisa en tiempos de guerra y más cuando las bombas estallan muy cerca es un logro que pocos pueden contar. Una de esas personas es Abdullah al-Mohammad, un habitante de la ciudad Idlib quien se las ingenió para que su familia, especialmente su hija de tres años, llamada Sawa, no se llene de terror cada vez que toneladas de explosivos caen en los alrededores de su casa.
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La idea de este padre de familia es que su pequeña hija crea que todo se trata de un juego y logró que Sawa no tenga miedo al momento de las explosiones y por el contrario sean risas y alegría lo que exprese en cada detonación.
El resultado de este “juego” fue grabado por el propio Abdullah al-Mohammad y compartido en las redes sociales. El video no tardó en ser una tendencia en todo el mundo y ahora el padre de esta pequeña es considerado un héroe.
En entrevista con The Independent de Turquía, el padre de la pequeña afirmó que “le dije que los sonidos del bombardeo venían de armas de juguete. Y que eso no es para asustarse, sino para reirse. Ella cree que los sonidos son parte de un juego. Está feliz y jugando”.
Precisamente en el video publicado por Abdullah al-Mohammad, según el mismo medio de comunicación, el papá le dice a la hija que si lo que escucha es un avión o una bomba por lo que la niña responde emocionada “es una bomba”. Luego el papá le dice que se rían cuando esta suene y en efecto es el momento cuando la pequeña Sawa se ríe a carcajadas.
No todo son historias con risas
A pesar de la historia de Sawa, en Siria la guerra continúa. Las organizaciones Save the Children y UNICEF advirtieron hoy de que las bajas temperaturas en el noroeste de Siria y la ofensiva en curso en el último bastión rebelde del país ha provocado la muerte de una treintena de niños de los más de 500.000 que se han visto desplazados por la violencia en la región.
En medio de la intensificación de la ofensiva de las fuerzas gubernamentales desde el pasado 1 de diciembre más de medio millón de han abandonado sus hogares y se han dirigido a la frontera con Turquía, y ambas organizaciones han documentado varias víctimas mortales entre los desplazados.
Según la ONG Save the Children, al menos siete niños, incluido un bebé, han muerto recientemente por las bajas temperaturas y las “horribles condiciones de vida” en campos de desplazados de la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria y donde el Ejército está llevando a cabo una ofensiva desde abril de 2019 contra las facciones insurgentes.
“A medida que más civiles buscan desesperadamente seguridad en la frontera siria con Turquía, estamos preocupados porque la cifra de muertos aumente dadas las condiciones de vida absolutamente inhumanas” en los campos de desplazados, denunció en un comunicado la directora de Save the Children para Siria, Sonia Khush.
Khush denunció que las mujeres y niños desplazados sufren las bajas temperaturas sin un techo y sin ropa de abrigo, mientras que los que consiguen una tienda de campaña, un colchón y un calefactor se arriesgan a morir asfixiados o calcinados.
Según la organización, en el transcurso de tres días a principios de este mes de febrero, casi 145.000 personas huyeron de sus hogares y más de 80.000 están viviendo al aire libre, en campos cubiertos de nieve y expuestos al frío
Abdullah al-Mohammad y su hija Sawa. FOTO TOMADA DE TWITTER @ibonpereztv
