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Las autoridades de Pekín instaron este martes a sus residentes a no salir de la ciudad y ordenaron el cierre de todas sus escuelas de nuevo, para intentar contener un rebrote de coronavirus en la capital china, de 21 millones de habitantes.
El ayuntamiento pidió a los residentes evitar los viajes “no esenciales”, en tanto que quienes viven en zonas de “riesgo alto o medio” de infección tienen totalmente prohibido abandonar la ciudad.
“Cualquier persona que deba salir de Pekín deberá entregar un certificado que pruebe haber dado negativo en un test realizado en los últimos siete días”, indicó Chen Bei, secretario general adjunto de la Alcaldía de Pekín.
La comisión de educación local anunció el cierre de todas las escuelas, colegios y universidades, la mayoría de los cuales habían reabierto, y los alumnos retomarán sus cursos en línea.
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La ciudad empezó a hacer decenas de miles de pruebas, pese a que la enfermedad, que apareció en China en diciembre pasado, había prácticamente desaparecido.
El ministro de Sanidad anunció este martes 27 nuevos enfermos en Pekín, lo que lleva a 106 el número total de casos registrados desde hace cinco días en la ciudad, donde hacía dos meses no había contagios.
El nuevo brote surgió en el inmenso mercado al por mayor de Xinfadi, en el sur de Pekín. También se registraron varios casos en otros mercados, ahora cerrados.
El ayuntamiento ordenó el confinamiento de unas 30 zonas residenciales. Sus miles de habitantes no tienen derecho a salir de ellas, pero pueden recibir comida.
Restaurantes desinfectados
El ayuntamiento afirma haber desinfectado 276 mercados y 33.000 restaurantes o comercios de alimentos, y cerrado 11 mercados.
Siete zonas residenciales se sumaron este martes a las 21 que ya estaban confinadas. Pero estas medidas solo afectan a una pequeña parte de la población de Pekín.
“Este rebote epidémico quedará probablemente controlado rápidamente; porque China hizo un buen trabajo comparado con los países extranjeros”, dice Wu Hulin, un empleado, de 23 años, del sector tecnológico.
Desde el pasado 30 de mayo, unas 200.000 personas visitaron el mercado de Xinfadi, donde el virus fue descubierto en planchas en las que se cortaba salmón importado.
Más de 8.000 empleados del lugar, que proporciona el 70 % de las frutas y verduras que se consumen en Pekín, pasaron test y fueron puestos en cuarentena.