Es una ruptura anunciada. Desde el pasado 14 de abril, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que ese país dejaría de financiar a la Organización Mundial de la Salud (OMS), acusándola de haber manejado mal la pandemia y mostrar condescendencia con China, se avizoraba un deterioro acelerado en la relación del mandatario con el organismo, que se encarga de trabajar con los gobiernos de 150 países, para que la población goce del máximo grado de salud, mediante el trabajo de unos 7.000 colaboradores.
Y este viernes ocurrió la estocada final. “Debido a que no han realizado las reformas solicitadas y muy necesarias, terminaremos nuestra relación con la Organización Mundial de la Salud y redirigiremos esos fondos a otras necesidades de salud pública mundial urgentes y globales”, comunicó Trump en una rueda de prensa, tan solo horas después de que el portal YouGov registrara que la desaprobación ciudadana de su gestión alcanza el 54 %.
Dicho dato toma relevancia en el contexto de la carrera reeleccionista de Trump, que se ha visto rodeada de críticas por el manejo de la pandemia de coronavirus en EE. UU., que al cierre de esta edición había cobrado 102.686 vidas en ese país, pero ¿es la decisión de alejarse de la OMS una jugada electoral? Expertos consultados por EL COLOMBIANO consideran que sí.
Giovanni Reyes, profesor de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, afirma que electoralmente Trump “va naufragando. Su favorabilidad va en picada y es nefasto lo que hace por muchas razones” y añadió sobre el retiro de la OMS que “esa entidad está trabajando fuertemente por establecer medidas y protocolos de bioseguridad y apoyando la investigación de una vacuna que pueda aliviar la pandemia que tiene prácticamente arrodillado a EE. UU. y al planeta lo tiene cerrado. Por eso es nefasto que en este momento el mandatario tome esta medida, cuando sabe que su país puede contribuir a buscar una solución. Pero desde luego las posiciones más civilizadas se encuentran en Oriente o en Europa”.
En ese sentido, el académico establece un símil con otra grave situación que vivió Norteamérica: “En 11 años de guerra con Vietnam, Estados Unidos perdió 58.000 soldados, y con la situación del coronavirus los muertos de van a contar por más del doble, en menos de seis meses”.
En ello coincide el profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, Sebastián Bitar, quien acota que lo que está haciendo Trump es “tratar de echarle la culpa a alguien de su propio fracaso. Él quiere que no quede la idea entre los votantes de que su respuesta frente al virus fue tardía o fue inadecuada. Quiere encontrar a quién echarle la culpa y lo ha estado haciendo. Y la OMS no tiene capacidad de defenderse mucho, dado que depende de los estados, no solamente de su dinero, sino de que la legitimidad que le dan y que sigan sus recomendaciones”.
Pero con los contagios y los fallecimientos por covid-19 al alza y ahora sin la cooperación del organismo multilateral, ¿qué camino le queda al presidente estadounidense para sortear la crisis? Reyes considera que “él no está interesado en resolverla, yo creo que principal prioridad en este momento es su reelección, al costo de lo que sea” y añade que “él le apunta a consolidar su posición en el núcleo duro, en el mercado cautivo de los votos que tiene y le apuesta también a tratar de desestimular que la gente vote electrónicamente, como lo ha mostrado en la controversia que tuvo esta semana con Twitter”.
Pero para Bitar, “Trump no necesita realmente a la OMS, él tiene un muy buen equipo de expertos en Estados Unidos, lo que pasa es que no los quiere escuchar, pero él no necesita nadie más de la gente que ya tiene en las universidades y que está también en el equipo que ha asesorado a la Casa Blanca”.
En su concepto, “para EE. UU., la salida de la OMS no representa ningún problema, lo que pasa es que si quisiera jugar un papel de liderazgo en esta crisis mundial, como lo ha tenido muchas veces, la OMS sería uno de los vehículos por los cuales podría ejercerlo. Pero Trump no tiene ninguna capacidad ni intención de liderazgo, entonces no le ve ningún provecho a la organización como sí se lo han visto otros lideres mundiales que la toman como una forma de organizar una respuesta con la mejor información y ciencia posible”.
