Por estos días en Caracas, durante el Foro de Sao Paulo, se nombran sobre todo fantasmas. La mayoria d e personajes que ocupan las discusiones de esta cumbre, la más importante de la izquierda latinoamericana, están investigados por corrupción o condenados, como el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, o muertos, como el exmandatario Hugo Chávez.
Queda apenas un esbozo del espacio político que el propio Lula, por sugerencia del exmandatario Fidel Castro, inauguró en Sao Paulo en 1990 como una respuesta latinoamericana a la caída del Muro de Berlín y la crisis de la Unión Soviética.
La cumbre actual, en cambio, se da en medio de la crisis humanitaria y política de Venezuela; de los señalamientos desde Colombia sobre la presencia en el encuentro de exlíderes de las Farc con paradero desconocido –como alias “Jesús Santrich” e “Iván Márquez”–, y de las críticas de la oposición venezolana que ve en esta reunión una lavada de cara por la que el mandatario Nicolás Maduro habría pagado 200 millones de dólares (ver recuadro).
La cumbre de la nostalgia
Como explica Andrés Valdivieso, profesor del área de política internacional de la Universidad Javeriana, en su momento el Foro de Sao Paulo fue considerado la plataforma que impulsó los gobiernos de izquierda en el continente.
Cuando se realizó por primera vez, solo uno de sus partidos miembros estaba en el poder en Cuba. Dos décadas después, en 2008 y 2009, la reunión se convirtió en el punto de encuentro de mandatarios de Bolivia, Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador, entre otros.
Actualmente solo Colombia y Guatemala no han sido gobernados por un partido miembro del foro. Sin embargo, como señala Luis Salamanca, politólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela, el giro político de la última década en la región minó la relevancia de este espacio en el que hoy “es solo un canal de propaganda para gobiernos como el de Daniel Ortega en Nicaragua y Nicolás Maduro en Venezuela”.
Así, con ausencias notables como la del presidente boliviano Evo Morales, y declaraciones en favor de la libertad de Lula o del fin del imperialismo condenadas a quedarse en las páginas de las actas, el mayor lugar de encuentro de la izquierda latinoamericana se ha convertido para los expertos en una tribuna de sobrevivientes nostálgicos
500
invitados internacionales asisten a Caracas para el Foro de Sao Paulo.