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Venezuela celebra hoy unas elecciones legislativas para renovar la Asamblea Nacional en las que no participan los dirigentes opositores, tampoco sus colectividades, y no cuentan veeduría internacional.
La convocatoria a las urnas fue hecha por la administración de Nicolás Maduro y en esta se renovará la única institución del país que queda en manos de sus contrincantes: el parlamento que preside el proclamado presidente interino Juan Guaidó.
La ciudadanía elegirá entre 14 mil candidatos de 107 partidos. Dice el Consejo Nacional Electoral (CNE) que estos representan al 90 % de las colectividades con fines políticos que tiene el país. Sin embargo, en ese grupo no están las principales opositoras como Vente Venezuela, de María Corina Machado.
En esa lista también están partidos que la gente, incluso en el exterior, conoce más: Acción Democrática, Primero Justicia y Voluntad Popular. Esas, supuestamente opositoras, no son las colectividades con décadas de historia contra el chavismo en ese país, sino que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ, de corte chavista) ordenó renovar sus directivas, todo esto en el último semestre. Así, el régimen puso a esos grupos en cabeza de políticos inclinados al oficialismo.
Hay otras agrupaciones más pequeñas como Cambiemos, el Movimiento al Socialismo (MAS), Soluciones para Venezuela, entre otras, pero esas pertenecen a la oposición colaboracionista: líderes de opinión que están en contra de Guaidó, Machado, Henrique Capriles, Antonio Ledezma y otros; personas que se declaran como enemigos del régimen, pero que terminan apoyando sus preceptos.
A mitad de año, cuando el CNE convocó a los comicios, aumentó el número de escaños de 167 a 277, ampliando un 66 % las curules.
El Ejecutivo de Maduro invitó a Naciones Unidas y la Unión Europea (UE) a ser veedores internacionales, pero ninguno aceptó participar argumentando que no había tiempo de preparar las jornadas de observación. Por eso, quienes vigilan las urnas son 1.500 personas de 6 organizaciones designadas por el CNE.
Se trata, entonces, de unos comicios trazados a la medida del régimen. No obstante, la presidenta del CNE, Indira Alfonzo Izaguirre, dice que hay “garantías”. Opositores como Machado responden que el régimen “ha utilizado las elecciones para legitimarse en el ámbito internacional. Otros como Henrique Capriles afirman que no hay condiciones para sufragar este año.
Anyelith Tamayo es la segunda candidata en la lista de Acción Democrática (de la nueva administración del partido). Su posición en el tarjetón hace que casi tenga un escaño asegurado. Tamayo está por graduarse de Ciencias Políticas y Derecho y asegura que “no se puede seguir sosteniendo un parapeto que no ha dado resultado. El 5 de enero habrá una nueva Asamblea y ellos, los diputados de Guaidó, estarán por fuera”.
Pero el relato de la Asamblea Nacional actual, la que fue elegida 2015 y que es presidida por Guaidó, contrasta con esa afirmación de la candidata. El diputado Freddy Guevara aseguró que después de esa fecha el parlamento actual seguirá en funciones porque estas elecciones son “un fraude. Ellos tendrán el control de facto del espacio y nosotros seremos la Asamblea Nacional legítima”.
Cuando Maduro llegó al poder en 2014 comenzó a despojar de sus funciones a las instituciones o a renovar a sus funcionarios. Por eso en Venezuela hay una Fiscalía oficialista (Tareck William Saab) y otra en el exilio (Luisa Ortega); un TSJ en Caracas y otro que sesiona desde el exterior; dos asambleas nacionales, la opositora que lidera Guaidó y la constituyente (ANC) que creó el Ejecutivo en mayo de 2017, que perdió las elecciones legislativas.
Esa última tenía la misión de redactar una nueva carta magna, de la que no se conoce ni una página, y terminará funciones este mes, particularmente, cuando sus diputados son candidatos para estas elecciones legislativas. El presidente de esa ANC, Diosdado Cabello, es primero en la lista del PSUV. La segunda es Cilia Flores, la esposa de Maduro. Esta semana Cabello amenazó a la ciudadanía diciendo que “el que no vota no come”.
El investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, Ronal Rodríguez, dice que, desde mayo de 2017, cuando el régimen creó una ANC sin consentimiento de todo el espectro político, la administración de Maduro dio el paso a convertirse en una dictadura.
“Lo que viene es un proceso de implantación de una dinámica dictatorial con una asamblea que será favorable al régimen. En lugar de la pronta caída de Maduro estamos viendo un degradé que afecta a los países vecinos, particularmente a Colombia”.
Este domingo son las elecciones del régimen. El próximo 12 de diciembre, la Consulta Popular de la oposición que lideran Guaidó, el diputado Guevara y los demás parlamentarios de la Asamblea Nacional. Sumada a la advertencia de Rodríguez sobre la implantación de la dictadura, hay un más que hace Guevara desde Caracas: “la persecución política aumentará”.