Urabá es una mina de oro deportiva. Los éxitos de sus atletas en el ámbito nacional e internacional lo demuestran: en tres de los últimos cuatro Juegos Olímpicos, competidores de esta región de Antioquia se han subido al podio.
Basta con pasar una tarde en la unidad deportiva de Apartadó y observar el entrenamiento de futbolistas, boxeadores, patinadores, bicicrosistas, pesistas y hasta rugbistas que llegan de poblaciones aledañas e incluso de Chocó, o visitar el estadio de atletismo Caterine Ibargüen, para apreciar la calidad de los atletas del territorio. Como hormiguitas, se mueven de un lado a otro, cumpliendo sus rutinas diarias.
“Esto está lleno siempre, de día, en la tarde, en la noche, no importa el calor”, afirma Oleider Díaz, gerente del Imder de Apartadó.
La rica historia deportiva de Urabá invita a la reflexión: ¿Qué tal si se creara un libro para retratar las viejas y nuevas glorias de esta región antioqueña? El desafío es fascinante y retador. Al preguntar a quienes han ayudado a formar a esta camada de campeones, su mirada se pierde en el horizonte mientras nombran a muchas de las figuras que han surgido de esta parte del país.
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Se necesitarían páginas por lado y lado para enumerar las hazañas de estos atletas que han hecho de Urabá un lugar preciado por su abundante talento, y que encuentran en el deporte una puerta gigante para salir adelante en una región históricamente marginada por la falta de recursos y apoyo estatal continuo. A pesar de ello, como dice Wilder Zapata, coordinador deportivo del Imder Apartadó, “aquí solo hay héroes de supervivencia”. Es como si las difíciles condiciones y carencias económicas en las que crecen estos deportistas fortalecieran su carácter y disciplina, puliendo su potencial y permitiéndoles escalar alto.
Urabá y su rica historia olímpica
De las 38 medallas olímpicas que suma Colombia en su historia, Urabá ha aportado un notable 8% (4 preseas). La exatleta de salto triple Caterine Ibargüen obtuvo plata en Londres 2012 y oro en Río 2016; el boxeador Yuberjen Martínez ganó plata en Río 2016; y la pesista Mary Leivis Sánchez fue subcampeona en París 2024. Además, Víctor Zapata, exatleta y estadígrafo, recuerda que Ubaldina Valoyes, bronce en pesas en Londres 2012, aunque nacida en Chocó, se levantó en Apartadó. También han logrado 17 diplomas olímpicos.
Según datos de Indeportes Antioquia, Urabá, que abarca once municipios y menos de 800.000 habitantes, cuenta con un registro de unos 10.000 deportistas que participan en torneos escolares, departamentales, nacionales e internacionales.
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Entre tanto, confirma David Torres, metodólogo de Indeportes, en Selecciones Antioquia, Urabá cuenta actualmente con 158 deportistas en convencional y 48 con discapacidad.
Fortalezas Físicas y Ambientales
La región de Urabá, según Wílder Zapata, se caracteriza por ser un polo de desarrollo deportivo debido a las condiciones idóneas de sus habitantes: son de fibras rápidas, de gran variedad de alturas, mayormente longilíneos (altos), fuertes y corpulentos. “Aquí hay una combinación de razas, una mezcla que permite desarrollar unos genes especiales en la parte explosiva o de diferentes disciplinas olímpicas y nos hace un poco diferentes a otros municipios de la región”, explica.
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Además de las condiciones físicas, los deportistas, agregan los expertos locales, tienen otra ventaja al iniciar su camino hacia el alto rendimiento: el entorno físico. El clima cálido y húmedo, junto con la topografía plana, crea un ambiente ideal para formarse en disciplinas como atletismo, levantamiento de pesas, boxeo, fútbol y rugby, entre muchas otras. Por ejemplo, en Apartadó se practican 26 disciplinas.
Para mencionar algunos referentes: de Mutatá salió el portero Edimer Zea (Atlético Nacional); de Chigorodó, el pugilista Yuberjen Martínez; de Carepa, los atletas Digna Luz Murillo y Yeimer Mosquera, y el boxeador Cristian Salcedo; de Apartadó, los atletas Caterine Ibargüen y Jhon Murillo, el boxeador Eléider Álvarez y el pesista Francisco Mosquera; de Turbo, la pesista Mary Leivis Sánchez; y de Necoclí, el futbolista Juan Guillermo Cuadrado.
Cultivando el talento local
¿Cómo funcionan las escuelas de formación y los clubes para pulir este talento? A Caterine Ibargüen, la mejor atleta de la región, le descubrieron sus habilidades para el atletismo gracias a pruebas físicas realizadas donde estudiaba. Mientras algunos tuvieron la misma suerte, ahora muchos padres llevan a sus hijos a escuelas de formación y clubes para que evalúen sus condiciones, con la esperanza de que también dejen su huella como la medallista olímpica y mundial y otros referentes.
“Los padres de familia se han dado cuenta de que sus hijos tienen grandes oportunidades de progreso por medio del deporte, sumado a la disciplina que adquieren, porque ocupan de buena manera el tiempo libre y se familiarizan con su entorno social”, señala Wilder Zapata.
Por su parte, Adonis Durán, administrador del Centro de Desarrollo Deportivo de Urabá (CEDEP), destaca el respaldo del sector bananero, con empresas como Uniban, Banacol, Banafrut y Tropical, que apoyan el deporte, brindando mayores facilidades para los procesos formativos de los deportistas.
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El Centro de Desarrollo, creado hace 23 años en Apartadó y con capacidad para 32 huéspedes (próximo a operar este año), funciona como una casa hogar donde los deportistas son apadrinados por ligas de pesas, atletismo, boxeo, etc., recibiendo alimentación, hospedaje, apoyo institucional y estudio, antes de dar el salto a la Villa Deportiva de Medellín.
“Tenemos jóvenes que vienen hasta de Riosucio, Belén de Bajirá, Vigía del Fuerte... Contamos con una gran diversidad”, comenta Durán, añadiendo que el apoyo de la empresa privada en escuelas y clubes ha masificado la práctica deportiva.
Clamor generalizado
A pesar de los avances, Zapata insiste en que no es suficiente, aunque el deporte sea para él la tercera o cuarta economía de Urabá. “Si bien en el eje bananero ya contamos con buenos escenarios, deberíamos tener más. Por ahora se está haciendo en Apartadó el megacoliseo de combate, la primera etapa del centro de alto rendimiento, el cual se debió construir hace tiempo”.
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Desde el Imder de Apartadó también informan que, según datos de la Liga Antioqueña de Fútbol, de los 427 jugadores profesionales en Colombia, Urabá aporta 117 que juegan en Sudamérica y Europa. En otras disciplinas como atletismo, pesas, boxeo y voleibol, también existen clubes y varias empresas privadas que los apoyan, siendo aliados vitales de los institutos de deportes municipales.
Marcos Ibargüen, gerente de Imdeportes Turbo, explica que el deporte formativo en su comunidad está sectorizado. Él, exatleta que representó a Antioquia, indica que con la población estudiantil se apoyan en los docentes de educación física para iniciar los procesos de formación a nivel escolar. Además, con el Imder, tienen grupos de trabajo clasificados por zona litoral, eje bananero y el norte, donde los monitores realizan sus actividades lúdicas, apoyándose también en clubes deportivos de fútbol, baloncesto, voleibol, atletismo, patinaje, entre otros.
“Turbo cuenta con el recurso humano, pero como ya es sabido en el deporte colombiano, se requiere el capital, la parte económica, para lograr satisfacer las necesidades de implementación deportiva y los diferentes procesos, y así sacar a más campeones”, dice Ibargüen.
Por su parte, John Jairo Tréllez, campeón de la Copa Libertadores de 1989 con Atlético Nacional y referente del fútbol en Turbo (donde tiene un restaurante y negocios turísticos), se muestra con sentimientos encontrados. Siente alegría al ver el potencial atlético que sigue naciendo en la región, pero también desilusión al notar que muchos se quedan en el camino por falta de oportunidades.
“El deporte en general en Urabá está un poco abandonado. Hay mucha cantidad y calidad, pero hacen falta muchos escenarios y apoyo para que no se siga desperdiciando toda esta camada de jóvenes”.
Urabá requiere apoyo para sus deportistas
Abelardo Parra, entrenador de alto rendimiento en Urabá y presidente de la Liga Antioqueña de Boxeo, asegura que hay relevo para esta disciplina que tanto brillo le ha dado al departamento y al país. Actualmente, hay unos 50 jóvenes preseleccionados, pero a diferencia de otros, no cuentan con ayudas, entre ellas estar en el Centro de Desarrollo Deportivo de Urabá.
“Estos son lugares apropiados porque brindan los medios a quienes se forman hacia la élite, pues tienen alimentación y un equipo multidisciplinario, liderado por Indeportes”, indica Parra.
Lamenta que muchas veces se dejen de asistir a eventos y concentraciones por falta de recursos económicos suficientes y a tiempo.
Abelardo argumenta que, en varios deportes, incluido el boxeo, hablar de “escuelas de formación” en Urabá sería mentir. “Lo que hay son procesos deportivos, pero no escuelas”.
“A muchos de estos deportistas se les ha detectado a través de la experiencia de los entrenadores y mediante pruebas técnicas, físicas y psicológicas en eventos regionales, y luego se analiza en qué deporte específico pueden rendir más. Ellos deberían estar acompañados por un equipo con nutricionista, psicólogo, deportólogo, médico, pero infortunadamente muchas veces esto no se tiene, entonces hay falencias. Hay gran talento, pero también pienso que los entrenadores en Urabá son magos. A pesar de tantas deficiencias, se siguen sacando, en cualquier disciplina, grandes campeones. Que se sostengan es otro de los desafíos”.
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En esta cuna deportiva, ya es normal que un deportista marque la diferencia a nivel internacional. Lo que aún no se comprende es cómo esta camada de héroes que sobresale sigue sin contar con el respaldo que merece. “Sí se pueden conseguir más deportistas de la talla de Caterine y otros referentes, pero se necesita más apoyo, invertir”, resume Wilder Zapata.
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