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Así es cómo el Black Friday dispara las emisiones, los residuos electrónicos y la contaminación plástica en todo el mundo

Cada noviembre, el mayor evento global de descuentos acelera la producción, multiplica los envíos y deja una estela de desechos que los sistemas de reciclaje no alcanzan a procesar, por eso, organizaciones ambientales advierten que el frenesí comercial se ha convertido en uno de los mayores aceleradores del deterioro ecológico contemporáneo.

  • Las compras masivas del Black Friday impulsan un aumento de empaques, transporte y desechos que intensifican la contaminación ambiental en todo el mundo. FOTO Getty
    Las compras masivas del Black Friday impulsan un aumento de empaques, transporte y desechos que intensifican la contaminación ambiental en todo el mundo. FOTO Getty
hace 2 horas
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Hace rato el Black Friday, celebrado cada año el cuarto viernes del mes de noviembre, se consolidó como uno de los mayores rituales globales del consumo, pues lo que empezó como una estrategia comercial posterior al Día de Acción de Gracias en Estados Unidos hoy mueve a millones de personas, desencadena picos históricos de ventas y altera el pulso del comercio mundial. Sin embargo, su expansión también ha revelado el costo oculto de un modelo basado en comprar más y más rápido, un costo que recae directamente sobre el clima, los ecosistemas y la gestión de residuos.

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Y esa es la razón por la que varias organizaciones ponen sobre la mesa que el impacto ecológico de la fecha es profundo y creciente y exige una reflexión seria sobre cómo estamos gastando. Desde Hivenet, por ejemplo, describen el fenómeno como una expresión del auge del consumismo, impulsado por ofertas que condicionan los hábitos de compra y fomentan la urgencia. Su posición es tajante: “no podríamos estar más en contra del Black Friday, especialmente en lo que respecta a la tecnología”. La empresa advierte que el evento genera un aumento significativo de residuos, especialmente electrónicos, y amplifica prácticas insostenibles en sectores como la moda rápida. Según su análisis, las tácticas de marketing, el FOMO y las promociones agresivas incitan compras impulsivas que rara vez consideran su impacto posterior.

CleanHub, dedicada a frenar la contaminación plástica, coincide en el diagnóstico. Su revisión de datos evidencia que la temporada comprendida entre el Black Friday y Año Nuevo incrementa los residuos domésticos en un 25%, una estadística que resume la magnitud del problema. Además, recuerda que el sector minorista ya genera el 25% de las emisiones globales de carbono, por lo que el pico comercial agrava una huella que debería estar reduciéndose. La relación con la logística, asimismo, es directa: estimaciones de Transport & Environment citadas por Forbes calculan “1.2 millones de toneladas de CO₂ emitidos por camiones transportando paquetes del Black Friday en Europa”. Y lo más grave de todo es que el crecimiento sostenido de las ventas online, que en 2024 aumentaron el 14.6% en Estados Unidos, indica que esta tendencia seguirá intensificándose.

La problemática se extiende a las devoluciones, un componente cada vez más crítico del comercio digital. CleanHub señala que los retornos posteriores al Black Friday pueden aumentar un 143%, lo que implica nuevos trayectos, reempaques y, en muchos casos, la disposición de productos casi nuevos en vertederos porque “para algunas marcas es más barato desechar que procesar una devolución”. Es decir, la que se da en este día es una cadena que multiplica emisiones y residuos sin que el consumidor sea plenamente consciente de ello.

Greenpeace introduce otro ángulo: la dependencia del plástico. El Black Friday, explica la organización, “genera más basura plástica”, tanto en empaques como en productos diseñados para tener una vida útil corta. En Colombia, para nombrar un caso, el consumo anual per cápita alcanza los 24 kilos de plástico, y la capacidad de reciclaje apenas recupera el 9% del total, y esta desproporción hace que jornadas de sobreconsumo agraven una crisis ambiental que afecta océanos, ríos y suelos.

Entérese de más: Black Friday: el 53% de los colombianos gastará más de $500.000, según encuesta de Fenalco

De igual forma, el impacto se relaciona con el uso intensivo de recursos naturales, el consumo energético y el transporte acelerado. CO₂ Revolution resume esta presión con una idea clara: satisfacer la demanda del Black Friday implica producción acelerada, más emisiones y un incremento sustancial de residuos. Además, recuerda que el embalaje de un solo uso y la multiplicación de entregas generan una huella adicional difícil de mitigar.

Ante dicho panorama, distintas organizaciones proponen alternativas prácticas: reparar antes de reemplazar, apoyar a comercios locales, elegir productos duraderos, reducir compras impulsivas y sumarse a iniciativas como Green Friday o Blue Friday, que promueven decisiones de compra más conscientes. Mientras tanto, una frase de Greenpeace sintetiza el desafío cultural detrás del fenómeno: “La mejor oferta es salvar al planeta”.

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