De todos los procesos e instantes candidatos para establecer una fecha de comienzo del Antropoceno, La Gran Aceleración parece más fuerte.
“Es difícil sobrestimar la escala y la velocidad del cambio. En solo dos generaciones la humanidad se ha convertido en una fuerza geológica de escala planetaria”, afirmó Will Steffen.
Luego de 1950 los grandes cambios en el sistema de la Tierra están muy relacionados con el sistema económico global. Un nuevo fenómeno que dice que la humanidad tiene una nueva responsabilidad por el planeta a nivel global.
El término Antropoceno fue acuñado por los investigadores Paul Crutzen y Eugene Stoermer en 2000.
Desde entonces recibió el respaldo de geólogos, científicos de los sistemas de la Tierra y otros, aunque no ha sido formalizado por la Comisión Internacional de Estratigrafía.
Para algunos su inicio debería marcarse con el surgimiento de la agricultura hace 10.000 años, para otros debería considerarse el inicio de la revolución industrial en los años 1700. Y ahora La Gran Aceleración desde 1950.
Para Steffen y colegas si bien el inicio de la revolución industrial y el uso de los combustibles fósiles ha dejado una huella clara a escala global, la evidencia de cambios sustanciales en los sistemas terrestres antes de 1950 es débil.
El geólogo Jan Zalasiewicz, quien ha sido uno de los propulsores de la nueva época, cree que fijar su inicio a partir de La Gran Aceleración permite especificar el surgimiento del Antropoceno con un alto grado de precisión.
A partir de ese año se marca el crecimiento fenomenal del sistema socioeconómico global, no vivido antes y ahora es imposible separarlo del sistema biofísico de la Tierra, que era el que primaba.
Del auge económico y el consumo son responsables en buena medida los países de la OECD, que en 2010 respondían por el 74% del producto interno bruto con solo 18% de la población.
Las actividades humanas marcan la diferencia con el Holoceno. La concentración de tres gases de invernadero (dióxido de carbono, óxido nitroso y metano), por ejemplo, es hoy mucho mayor a cualquier momento de esa época, siendo clara la transferencia de carbono desde el nivel subterráneo hacia la atmósfera.
Hay otras señales, como el impacto en la biosfera marina y la alteración del ciclo del nitrógeno que opera muy por fuera de los niveles del Holoceno, mientras que las tasas de pérdida de biodiversidad se acercan a las vividas durante una de las grandes extinciones masivas.
Cambios notables de la mano humana que se perciben a escala global y que transformaron el paisaje terrestre como nunca antes.