El objetivo de la Línea de Crédito Especial (LEC) Colombia Agro Produce, fue que el Estado subsidiara los intereses de créditos de más de $1,5 billones, con $50.000 millones. Y los destinatarios serían pequeños, medianos y grandes agricultores. Sin embargo, la controversia porque los recursos no estaban llegando a quienes más los necesitaban llevó a que se pusiera la lupa sobre esta línea y a que se planteara, desde el Ministerio de Agricultura, una reclasificación de los tipos de productores.
Estos subsidios de tasa, que buscaban mantener la capacidad de producción del sector agropecuario y garantizar el abastecimiento alimentario, dada la crisis que atraviesa el país por la pandemia de covid-19, debían ser distribuidos entre los diferentes productores que componen esta cadena, desde la producción hasta la comercialización (este último no aplicaba para grandes productores).
EL COLOMBIANO consultó con el Ministerio de Agricultura y el Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro) sobre la destinación final de estos créditos blandos -concedidos en condiciones muy favorables para el prestatario- y algunos gremios expresaron qué tanto han funcionado para la reactivación del campo en medio de la emergencia sanitaria.
Lo que pasó
Después de que la Contraloría General alertara sobre presuntas irregularidades en la asignación de estos créditos agropecuarios que debían ir especialmente a pequeños y medianos productores del campo, ya que estaban llegando a manos de beneficiarios que los estarían utilizando en actividades no productivas, algunas grandes empresas con recursos desembolsados de esta LEC decidieron regresarlos.
En total, según el ente fiscalizador, la suma de estos recursos que regresaron fue cercana a los $33.000 millones.
Así, el 6 de mayo de 2020, Minagricultura redistribuyó los $50.000 millones de presupuesto de subsidio, asignando un 45 % al pequeño productor y, además, planteó ante la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario (CNCA) una iniciativa para redefinir los tipos de productores del sector agropecuario.
Cabe recordar que Colombia Agro Produce comenzó a funcionar desde el 31 de marzo de 2020, llegando hasta el 21 de julio del mismo año debido al agotamiento de los recursos asignados. Para esta línea se podía asignar un subsidio máximo por beneficiario de $250 millones y un monto de crédito de $2.250 millones.
Según Finagro, a través de esta LEC, se otorgaron en total $223.692 millones a pequeños productores, representados en 28.215 operaciones de crédito, de los cuales estos han ejecutado $22.548 millones del valor del subsidio establecido a su bolsa (que fue de $22.606 millones) (Ver gráfico).
En cuanto a cómo se garantizó que los créditos de esta línea especial llegaran hasta las zonas rurales, según Finagro, se contó con el apoyo de entidades financieras como el Banco Agrario, el cual tiene presencia en 1.036 municipios del país.
“La línea tenía una reglamentación de que no menos del 40 % de los recursos del subsidio tenían que ir para pequeños productores y no más del 20 % para grandes. Estos últimos solo podían acceder a ellos para transformación y producción, no se permitía para comercialización. Los pequeños y los medianos sumaron alrededor del 90 % del subsidio otorgado”, expresó a EL COLOMBIANO Dairo Estrada, presidente de Finagro.
El otorgamiento de estos créditos agropecuarios estuvo a cargo de las entidades financieras, las cuales fueron las encargadas de evaluar y de aprobar las solicitudes. Una vez aprobadas, estas pasaron a Finagro, responsable de la entrega de los recursos a los productores.
Juan Gonzalo Botero, viceministro de Asuntos Agropecuarios de Minagricultura, en diálogo con este diario, afirmó que, en efecto, los controles en cuanto a la destinación de este tipo de créditos los hacen, fundamentalmente, los bancos que colocan la línea y que las cifras evidenciaron que la mayoría de estos créditos fueron desembolsados a los pequeños agricultores.
“Efectivamente, la gran mayoría de recursos quedaron en los pequeños y medianos productores de Colombia. En general, las tasas de créditos que tenemos son las más bajas en la historia del crédito agropecuario del país. Son tasas de IBR (Indicador Bancario de Referencia) de -1,1 % para pequeños y de IBR +0,9 % para medianos y de IBR +1 para grandes, en todo el sector agropecuario”, dijo Botero.
Los impactos
Entre los sectores en que se distribuyeron los créditos blandos de Colombia Agro Produce se encuentran el cacaotero, el ganadero, el panelero y el acuícola.
Según cifras de Minagricultura, los destinos productivos que más aporte recibieron dentro de esta LEC fueron el sostenimiento del café ($3.231 millones), la papa ($2.034 millones), el sostenimiento de ceba bovina -engorde de ganado- ($2.034 millones), de bovinos, cría y doble propósito ($1.512 millones) y los frutales perennes ($1.118 millones). Los plazos de pago para esta línea fueron de tres años y un periodo de gracia de hasta un año.
Para la Federación Nacional de Productores de Panela (Fedepanela), una de las dificultades que han tenido con este tipo de créditos blandos es el corto periodo para el pago de estos: “Los plazos los reducen de cinco años a dos y tres años, eso ahoga al productor en los pagos porque el flujo de caja, por el periodo vegetativo, no es acorde, lo que induce a que los productores se atrasen en los pagos”, afirmó el gremio.
Y agregó que otra situación que se torna complicada es el hecho de que los periodos de pago dejen de ser anuales y pasen a semestrales, lo que consideran “aún más perjudicial dados los periodos vegetativos, quitando el año de gracia que dan”.
El gremio apuntó que sería necesario, en general, replantear las características de los créditos con LEC.
Por su parte, para José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan), la decisión del Gobierno de ejecutar estas líneas de créditos especiales, como Colombia Agro Produce, ha sido acertada y ha aportado a la recuperación del sector agrícola y pecuario.
“Me parece una postura magnífica del Gobierno haber avanzado en esta dirección, en una situación tan crítica como la que vive el país. Esto ha ayudado a motivar más al sector rural, especialmente a pequeños y medianos productores, para que puedan acceder a estas condiciones que son inmejorables para el crédito”
Para César Pinzón, director de la Federación Colombiana de Acuicultores (Fedeacua), el principal problema de estos programas de créditos ha sido que no se utilizan por falta de postulación.
“Estas LEC funcionan, hay créditos muy buenos, pero, desafortunadamente, al colombiano no le gusta aplicar. En todos los sectores es difícil que la gente entre en estos programas. Es lamentable porque se pierde mucho dinero y esfuerzo tratando de colocar estos programas a funcionar. Desde el gremio acuícola hace falta cultura. No se sabe trabajar en grupo y, generalmente, estos programas y créditos son para asociaciones. Hay que insistir mucho para que las personas accedan a estos, ya que es una pena por todos los recursos que se destinan”.
Por su lado, según la Federación Nacional de Cacaoteros (Fedecacao), los créditos desembolsados a los productores de cacao sí van, en su mayoría, a los pequeños, ya que, en un 95 %, este sector está constituido por pequeños agricultores.
“Desde la federación lo que hemos tratado de hacer es facilitar el proceso de acercamiento de los productores de cacao con el banco y con las diferentes opciones de financiación. También hay que decir que los pequeños productores, por lo general, son vistos con mucho riesgo, por eso no siempre se les abren las puertas al crédito”, expresó Iván Góez, coordinador en Antioquia de Fedecacao.
