La elección de “arancel” como palabra del año por la FundéuRAE no fue casualidad, en 2025, los impuestos a las importaciones se convirtieron en el idioma común de una economía global marcada por la guerra comercial que emprendió Donald Trump y las treguas entre las principales potencias como Estados Unidos, China, Europa y Brasil.
Incluso, la propia FundéuRAE explicó que el término pasó “de estar reservado a los especialistas” a ocupar titulares y conversaciones cotidianas, reflejando el protagonismo de las medidas comerciales impulsadas desde Washington y las respuestas de Pekín. Y Colombia no estuvo por fuera de estas tensiones.
A comienzos de 2025, el comercio mundial se sacudió con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, quien reactivó la guerra arancelaria con China como parte de una revisión más amplia de la política comercial de Estados Unidos, apoyada incluso en la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA).
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Los acontecimientos que marcaron la economía mundial por la guerra arancelaria
A continuación, EL COLOMBIANO recopiló los 10 hechos más importantes de 2025 sobre aranceles, guerra comercial y la disputa EE. UU.–China.
1. EE. UU. anuncia un arancel universal del 10% en el “Día de la Liberación”
El 2 de abril, la Casa Blanca, por orden de Donald Trump, activó un arancel de 10% para todas las importaciones y “recíprocos” más altos para países “ofensores”, con 34% para China, 20% para la Unión Europea y tasas elevadas para Japón, India y Vietnam.
La medida, sustentada en la IEEPA (la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de EE. UU.), redefinió la arquitectura comercial y provocó alertas por inflación y recesión.
2. Entró en vigor el 10% y se preparó la escalada por país
El 5 de abril, el 10% comenzó a cobrarse en puertos y aeropuertos de EE. UU., con gracia limitada para carga en tránsito, y el 9 de abril debían regir los aranceles recíprocos (hasta 50%).
Mercados y socios, como Colombia, reaccionaron con preocupación por el impacto en precios y cadenas de suministro.
3. La escalada entre EE. UU. y China subió a niveles inéditos, pero luego se enfrió
También en abril, tras contramedidas chinas, las tasas efectivas superaron tres dígitos (hasta 125% en ambos sentidos), antes de que un acuerdo de entendimiento, en mayo, redujera temporalmente los recargos a 10% para abrir una ventana de negociación entre las dos potencias.
Tanto el Foro Económico Mundial como el análisis del Congreso de EE. UU. dimensionaron el “shock” tarifario del año como algo sin precedentes.
“La escalada marcó un período de intensa incertidumbre económica, en el que los mercados globales reaccionaron a la amenaza de un casi embargo al comercio entre las dos economías más grandes del mundo”, dice el Foro Económico Mundial.
4. China contraatacó con aranceles, listas de entidades y controles de minerales críticos
Pekín respondió con aranceles del 34%, 84% y luego 125%, restricciones a tierras raras, y nuevas inclusiones en sus listas de entidades no confiables y de control de exportaciones.
Fue una estrategia para presionar sectores sensibles en EE. UU. y encarecer insumos clave.
“Las contramedidas no arancelarias de China incluyen nuevas restricciones a las exportaciones de tierras raras, la inclusión de empresas estadounidenses de defensa y tecnología en la Lista de Control de Exportaciones y en la Lista de Entidades No Confiables, la apertura de una investigación antidumping y la suspensión de importaciones de ciertos productos agrícolas estadounidenses provenientes de exportadores específicos”, detalló la firma Holland & Knight.
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5. La disputa llega a la OMC, en medio de un sistema en tensión y apelaciones
China solicitó consultas en la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra los aranceles estadounidenses (abril y antes en febrero), alegando incompatibilidades con el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio).
Las quejas de China estaban relacionadas con las medidas estadounidenses de un arancel adicional del 10% a las importaciones de todos los socios comerciales a partir del 5 de abril, y un arancel adicional del 34% a las importaciones de China a partir del 9 de abril de 2025.
Pero la parálisis del Órgano de Apelación de la OMC limitó la ejecutabilidad de fallos, dejando los litigios en “limbo” y reforzando la incertidumbre comercial.
6. EE. UU. mantuvo y ajustó su mosaico de aranceles de la Sección 301
Más allá de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, las medidas bajo Sección 301 siguieron vigentes y se ajustaron, en 2025 subieron tasas entre 25% y 50% a metales, minerales e insumos solares, con un régimen de exclusiones que la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos fue prorrogando para productos industriales.
Esto mantuvo la presión sobre cadenas tecnológicas todo el año. Por ejemplo, la caída de los mercados de valores marcó las acciones de las empresas tecnológicas, especialmente penalizadas por la incertidumbre.
La atención estuvo puesta en quién comanda la industria en áreas como las redes 5G, la inteligencia artificial (IA), la ciberseguridad, el control de las plataformas digitales y, en especial, la fabricación de semiconductores (chips).
7. EE. UU. reforzó los aranceles sobre acero y aluminio
8. La UE no subió aranceles, pero activó fronteras de carbono
Mientras EE. UU. y China libraron su guerra arancelaria, la Unión Europea afinó el CBAM (Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono)
Así las cosas, cerró la fase transitoria y preparó la aplicación plena desde 2026, introduciendo umbrales, simplificaciones y un calendario para certificados de CO2. No es un “arancel” clásico, pero sí un cargo fronterizo que cambia costos relativos y rutas de comercio.
9. Latinoamérica se movió para amortiguar y aprovechar la guerra comercial
México tuvo que enfrentar el regreso de aranceles al acero y al aluminio, además de un impuesto del 25% a los productos que no cumplen las reglas del acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá (USMCA).
Al mismo tiempo, el país discutía subir sus propios aranceles a importaciones de Asia para alinearse con Washington y proteger a su industria.
En Suramérica, Mercosur amplió las excepciones a su arancel común, lo que les dio a Brasil y a los demás países del bloque más flexibilidad para hacer ajustes puntuales en su política comercial.
10. Arancel del 10% para exportaciones colombianas a EE. UU.
Desde julio y agosto de 2025, EE. UU. implementó un arancel general del 10 % sobre las importaciones de países con superávit comercial, entre ellos, Colombia, aunque excluye sectores como petróleo, carbón y oro, así como productos agrícolas específicos.
Aun así, se estimó que cerca de 30% de las exportaciones colombianas quedaron gravadas, incluyendo manufacturas, textiles y organismos vivos.
María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham Colombia, señaló que el país, aunque forma parte del grupo afectado, evitó tasas más altas y enfrenta un impacto limitado (unos 82,7% de exportaciones poco afectadas).
En 2025, el café colombiano no escapó a la ola arancelaria global. Estados Unidos aplicó un arancel universal del 10% a la mayoría de importaciones, incluyendo el café, lo que encareció el producto en su principal mercado y generó preocupación en la Federación Nacional de Cafeteros.
Pero luego, el pasado noviembre, la Casa Blanca confirmó en un documento que le retiró los anunciados aranceles recíprocos a varios productos agrícolas de sus socios comerciales en el mundo, entre ellos el café, el banano, el aguacate Hass y las flores.
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¿Qué quedó del año en materia de aranceles y de las amenazas de Trump?
El arancel universal del 10% de EE. UU. se mantiene como punto de partida para la mayoría de países, con recíprocos que suben o bajan según negociaciones y sector, y con exenciones temporales (por ejemplo, semiconductores y ciertos bienes con reglas de origen o bajo acuerdos específicos).
En la relación con China, el año cerró con ventanas de desescalada (reducciones a 10% por pactos puntuales), pero con mecanismos preparados para re‑escalar si fracasan las conversaciones.